Murió el empleado baleado en una pizzería de Avellaneda


El empleado que había sido baleado en la cabeza el sábado por uno de los tres delincuentes que asaltaban la pizzería donde trabajaba en Avellaneda, murió hoy.

El episodio se llevó adelante el sábado, alrededor de las 22, en la pizzería "Los Picapiedras", ubicada en Supisiche 15, a pocos metros de avenida Bartolomé Mitre, en dicha localidad del sur del conurbano.

El hecho. Todo comenzó cuando tres delincuentes armados ingresaron al comercio con fines de robo y amenazaron a los empleados del lugar.

Los asaltantes les exigieron la entrega del dinero de la recaudación y, en esas circunstancias, uno de ellos efectuó varios disparos, uno de los cuales impactó en la frente de Godoy.

Mientras que otro de los balazos hirió en un hombro, a la altura de la clavícula, al mozo Martín Chávez (22), dijeron los informantes.

Según las fuentes, se sospecha que las víctimas ejercieron algún tipo de resistencia y que por esa razón las atacaron a balazos.Luego de los disparos, los delincuentes huyeron a la carrera y sin concretar el robo y abordaron un Ford Fiesta que habían dejado estacionado a poco metros del local.

Alertados de lo ocurrido, personal del Comando de Patrullas Comunitario (CPC) de Avellaneda localizó dicho auto y lo persiguió hasta la vecina localidad de Dock Sud, donde los ocupantes lo abandonaron en la calle Estévez, en la entrada a Villa Tranquila.

Los efectivos policiales determinaron que el auto había sido robado en el lindero partido de Lanús.

En tanto, tras el asalto, los dos heridos fueron trasladados a un centro asistencial de la zona donde recibieron las primeras curaciones.

Godoy quedó internado en grave estado y con respirador artificial en el Hospital Presidente Perón (ex Finochietto), donde murió en las últimas horas, mientras que el mozo se recuperaba hoy favorablemente.

En el lugar del hecho trabajaron los peritos policiales de Jefatura Distrital de Avellaneda que se encargaron de las primeras diligencias de rigor en busca de rastros de los delincuentes.

En base a los primeros peritajes, los pesquisas determinaron que los disparos que hirieron a Sosa y Chávez fueron efectuados con un arma calibre 9 milímetros. Los investigadores identificaron a los homicidas, aunque hasta esta noche no había ningún detenido.