Día de la Memoria: Señalizaron “El Infierno” en Avellaneda


El edificio ubicado en 12 de Octubre 234, Avellaneda, fue señalizado ayer por la mañana, en el marco de un acto por el Día de la Memoria, la Vedad y la Justicia.



A 39 años del golpe cívico militar, que dejó 3000 desaparecidos, cientos de nietos apropiados y una herida que sigue abierta, el centro clandestino de detención y exterminio “El Infierno” fue señalizado. El acto se llevó a cabo en la puerta del edificio.

Cientos de militantes, funcionarios y dirigentes políticos y sociales participaron de la ceremonia, en la que se reivindicó la política de Derechos Humanos y la búsqueda de justicia.



Autoridades nacionales, provinciales, locales y de la Mesa de la Memoria de Avellaneda recordarán a los 300 secuestrados entre militantes, delegados gremiales y trabajadores de empresas como Mercedes Benz y Molinos río de la Plata.

El Infierno. Fue un centro de detención que funcionó en el lugar que por entonces era la Brigada de Investigaciones de Lanús, dependiente de la Dirección General de Investigaciones que dirigía el genocida Miguel Etchecolatz y funcionaba bajo la órbita del entonces jefe de la Policía bonaerense, Ramón Camps.

El Pozo. En septiembre de 2008, el centro clandestino de Banfield conocido como “la maternidad” había sido señalizado. En junio del año pasado, la Justicia determinó que se podrá utilizar un sector del edificio, en donde funcionará en Espacio de la Memoria.



El Pozo fue uno de los centros de detenciones más importantes de la provincia de Buenos Aires, pertenecía a la Brigada de Investigaciones de Banfield y dependió del Regimiento de Infantería Mecanizada N°3, enmarcado en el denominado Circuito Camps. El predio también era conocido como “La Maternidad de la dictadura” porque un gran número de mujeres embarazadas detenidas fueron trasladadas y dieron a luz en ese lugar.

El lugar estaba regenteado por el médico policial Jorge Antonio Bergés, quien, en su condición de médico policial dependiente de la Dirección General de Investigaciones, se encargaba de verificar el estado de las embarazadas, así como brindar asistencia a los detenidos que eran gravemente golpeados durante las sesiones de tortura. Cuando llegaba el momento del parto, las mujeres daban a luz en una camilla ubicada en una sala del primer piso del edificio que funcionaba como enfermería, esposadas a la camilla. Una vez nacido el bebé, era arrancado de los brazos de la mamá, que era regresada a su celda.