Se negó a declarar el acusado por el femicidio de Monte Grande


El hombre acusado de haber asesinado el sábado de 43 puñaladas a su ex pareja, en la localidad de Monte Grande, se negó a declarar ante la Justicia y seguirá detenido por "homicidio calificado por el vínculo, ensañamiento, por tratarse la víctima de una mujer y por mediar violencia de género", informaron fuentes judiciales.

Mónica Acosta tenía 39 años y desde el sábado engrosa la lista de mujeres víctimas de la violencia y, aún peor, de la enorme cantidad de casos fatales en el país. El domingo, efectivos de la comisaría primera de Lomas, en conjunto con la DDI local, lograron capturar al presunto agresor, identificado como Diego Arnaldo Perrone, en las inmediaciones Avenida de Mayo y Castelli, de ese distrito.

La denuncia había sido radicada por el ex concubino de la víctima, Enrique Musso, que además es papá de dos de las tres hijas de Mónica Acosta. Él fue quien el sábado se presentó en su vivienda, ubicada en Moreno al 800, y la halló sin vida en el dormitorio, con heridas de arma blanca en la zona del abdomen.

Tras dar a aviso a la Policía y cotejar los datos en la investigación, el sospechoso de 42 años con el que la víctima (39) había mantenido una relación sentimental, fue detenido.

Asimismo, una testigo manifestó haberlo visto en cercanías de la propiedad y recae sobre él una denuncia por violencia por la cual la justicia había determinado un régimen perimetral. Esta última medida había sido dispuesta a partir de tres denuncias realizadas por Musso a Perrone, quien ya tendría antecedentes penales. “Dos por agresiones verbales hacia mí y una por pegarle a mi hija cuando tenía 4 años. Por esto, tenía una perimetral y no podía acercarse ni a las nenas ni a mí”, resume Musso.

Perrone estuvo en pareja con la víctima desde agosto de 2014 hasta noviembre del año pasado. Según Musso, la restricción de acercamiento que comenzó a aplicarse a fines de 2016 fue el disparador para que Mónica terminara la relación con el hombre acusado de matarla.

Según Sofía, la hija mayor de la víctima, su madre aseguraba que él iba a cambiar. "Cuando tenía golpes, decía que la habia mordido un perro. Y hasta se hizo flequillo para tapar una marca en la frente”, señala.

La noche del viernes, la mujer estaba sola en su casa de Mariano Moreno al 800, en Monte Grande. “Mis hijas se habían quedado a dormir conmigo y Sofía estaba en lo del novio. Al parecer, Perrone llegó en un remís (un Duna beige) a lo de Mónica y le pidió al chofer que lo buscara a las tres horas”, dice Musso. Y agrega: “Eso pasó entre las 12 y 12.30 y creemos que la agarró durmiendo. Después del crimen, se cambió de ropa y se fue para lo de sus padres, en Ramos Mejía”.

En tanto la Policía secuestró una cuchilla, que habría sido el arma con la que llevó a cabo el asesinato de la mujer.