Aguardan con urgencia un corazón para Luna


Su segundo nombre es Milagros. Desde su primer suspiro su mamá confió en que existen y por eso ahora espera que Luna, además de llevarlo en su libreta de nacimiento y su DNI, lo pueda tener para seguir viviendo. Es que la pequeña de tres años necesita con urgencia un trasplante de corazón y está segunda en la lista de espera del INCUCAI.

“Ella es A positivo. Ayer vimos a la médica y está ella y otra nenita más en la lista de los chiquitos. Está segunda”, cuenta su mamá, Lorena Carrera, a Info Región. La familia, oriunda de Temperley, vive y se desvive por la nena, que requiere de controles médicos continuos en el hospital El Cruce, de Florencio Varela, y en el Juan P. Garrahan, de Capital.

Pero la ayuda que necesitan en esta instancia es la de un tercero solidario. “Donar es dar vida. Si la gente entiende eso, nos damos por satisfechos”, sostiene Lorena.

Luna Milagros Torres nació el 24 de abril de 2013 con una cardiopatía congénita denominada atresia tricuspíde, una malformación por la cual carece de válvula tricuspíde, lo que impide el normal flujo de sangre de la aurícula al ventrículo derecho.

Producto de esa malformación, ya padeció dos intervenciones quirúrgicas. “La primera cirugía fue a los tres meses en la arteria pulmonar. Y al año y medio fue la segunda, la de Glenn, a corazón abierto. Ella ahora tiene un marcapaso”, detalla Lorena.

Si bien aún le restaba la tercera operación, que era la de Fontán (procedimiento que establece una circulación en la cual la sangre fluye hacia los pulmones en forma pasiva sin pasar por el corazón), el año pasado su salud se deterioró.

“Esta operación que le falta se hace más de grandecita, a los 4 ó 6 años. Pero el 28 de agosto de 2015 a ella se le complicó el cuadro. Se levantó de dormir con la carita toda hinchada, morada, y de urgencia me la lleve al hospital El Cruce. Sucede que, al no oxigenar bien la sangre, la masa muscular no funciona bien y se agrandó su corazoncito”, detalla su mamá.

La nena recibió el alta recién el 20 de enero de 2016. “Si no tenía todos los aparatos en casa tampoco me la podía llevar”, sostiene Lorena. Logarlo no fue fácil, pese a que tramitó con anticipación los tubos de oxígeno ante el PROFE, la obra social de quienes cobran una pensión no contributiva o por discapacidad. Lo cierto es que todavía hoy “figura en trámite”, cuenta. “Los tengo gracias al municipio de Lomas y a un abogado”, señala.

Ese mismo enero, hace justo un año, los doctores de El Cruce y el Garrahan, en ateneo médico, decidieron que vaya a trasplante. “No hay forma de que el corazoncito de ella se recomponga. Hace un año que lo necesita, pero ahora está segunda en urgencia”, apunta.

¿Qué necesita Luna? A la espera de que llegue el tan anhelado corazón, la pequeña también necesita un grupo electrógeno ya que es electro dependiente. “Hice los pedidos correspondientes ante Edesur, pero nunca llegó. Cuando me cortan el servicio llamo y tampoco me escuchan”, sostiene.

También necesita una mochila cilindro concentrador y un tubo de oxígeno, ambos de cinco litros. En su lucha diaria, Lorena también sueña con hacerle su pieza, necesidad que quedó relegada ante los gastos de medicamentos y viáticos. “Nación nos pasó una ayuda de 12.000 pesos, pero eso ya lo gasté en remedios y en llevarla a los controles médicos cada dos meses a los dos hospitales porque el remís es muy caro”, dice.

Y cuando uno cae en su situación, entiende que los milagros existen, pero que necesitan de personas solidarias que ayuden a concretarlos.

Cintia Vespasiani