Aseguran que los abuelos “volverán a quedar de rehenes”


Néstor Caprov, titular del Colegio de Farmacéuticos de Lanús, compara la situación con dos gigantes que se pelean –en referencia al PAMI y la Industria farmacéutica- mientras que, en medio, los arrasados por el polvo levantado en la lucha son los abuelos. Es que si la situación no se resuelve en estos días, nuevamente podría verse interrumpida la prestación de medicamentos.

El conflicto de desencadenó el 28 de abril, cuando el PAMI le notificó a las grandes cámaras de la industria farmacéutica que rescindiría el contrato de provisión firmado en enero, cuando el organismo se encontraba bajo la conducción de Carlos Regazzoni.

A su vez, responsabilizó a los laboratorios de la prestación por sesenta días, pese a la deuda millonaria que el Estado mantiene con la industria. “El PAMI debe saber que esto no da para más. Es una cadena de incumplimientos de pago. El Estado no le paga a la industria, la industria no nos paga a nosotros y mañana los abuelos se ven amenazados”, señala Caprov.

Es que la respuesta de la industria, en representación de Caeme (extranjeros), Cilfa (nacionales) y Cooperala (cooperativas), no se hizo esperar. Las tres cámaras le enviaron al PAMI, hoy bajo la conducción de Sergio Cassinotti, una contra carta documento rechazando la posibilidad de absorber la prestación por sesenta días con motivo de la deuda millonaria del Estado con la industria.



“Mañana PAMI debe pagar, sino la industria cortará de pleno derecho la provisión de medicamentos. Esto es, no nos pagarán a nosotros, las farmacias, los medicamentos que atendemos todos los días con dinero propio. Y los abuelos volverán a quedar de rehenes”, sostiene Caprov.

Es que el sistema de prestación de medicamentos funciona en el país con participación de la industria en la venta y compra de remedios. Cualquier deuda en el primer eslabón de la cadena se espejará en las farmacias, que no tendrán otra salida que cortar prestaciones. “Esa industria es la que nos vende los medicamentos a nosotros, las farmacias, que atendemos los medicamentos de los jubilados. Luego le pedimos a la industria cobrar esos medicamentos. Pero si se rompe el convenio y el Estado no les paga, los laboratorios no abonarán a las droguerías y a las farmacias, dejándonos sin prestación”, resume.

Según Caprov y su par del Colegio de Farmacéuticos de Lomas de Zamora, Leonardo Fernández, como producto de la deuda millonaria que el Estado (el PAMI) mantiene con la industria, ésta última le debe a las farmacias unos 1800 millones de pesos.

“Las farmacias no terminamos de cobrar lo que atendimos en febrero. Y los abuelos tienen la amenaza de que si la industria interrumpe el contrato, porque lo rompió el Estado, y por ende las prestaciones, desde mañana las farmacias tendremos que cortar las prestaciones y ver qué hacemos con todas las recetas que atendimos hasta ahora”, apunta Caprov, mientras que Fernández justifica: “Las farmacias empiezan a dudar de si todos los medicamentos que se están atendiendo van a ser pagos”.

“Estamos pendientes de esta situación y de la garantía de cobro porque las farmacias no pueden absorber absolutamente nada en cuanto a financiar este sistema, que es muy complicado. Además, la deuda que tienen con nosotros es cuantiosa. Si no hay una pronta solución, la prestación va a estar muy complicada y en un gran numero suspendida”, advierte.

Y, en ese marco, pide un “cronograma de transición” para evitar desabastecimiento. “Esto hasta nos impediría de forma técnica trabajar PAMI porque justamente ellos son los que auditan las recetas que nosotros dispensamos. Entonces habría un impedimento técnico además del económico para que las farmacias puedan atender”, alerta y sintetiza el malestar del sector: “Estamos muy preocupados porque no tenemos certezas de cobrar, de la continuidad, de cómo sigue esto y mientras tanto nosotros seguimos atendiendo y acumulando deuda”.

Cintia Vespasiani