El espacio cultural SuperÁ, el primer teatro independiente de la historia de Longchamps, está viviendo el momento más difícil de sus 14 años de vida porque recibió una boleta de luz superior a los 10 mil pesos y, según indicaron, “se hace cada vez más difícil” afrontar el pago de las tarifas.
Los integrantes de SuperÁ comenzaron una movida para viralizar la factura que recibieron y, de esta manera, el reclamo sea escuchado por Edesur. El profesor y director del espacio, Aníbal Dinaro, explicó que intentó dos veces reunirse con algún representante de la prestadora, pero nunca recibió ningún tipo de respuestas.
Dinaro señaló que desde hace meses vienen recibiendo facturas que son difíciles de pagar, de hasta 5 mil pesos, pero en esta ocasión la situación se hizo insostenible. “Edesur cobra lo que quiere. La última boleta que pagamos fue de 5300 pesos con anuncio de corte. Después nos llegaron 10.790, y es un aumento muy grande en comparación a lo que pagábamos antes”, afirmó en diálogo con Info Región.
“Hoy estamos teniendo más gastos que ingresos, es un momento de crisis. El lugar se abre de lunes a lunes, pero la realidad es que los gastos fijos que tenemos no ayudan para que podamos sobrevivir y planificar a futuro tranquilos”, expresó.
Una situación similar se replica en el resto de los espacios culturales de la Región, que se ven agobiados por el aumento de las tarifas. Advierten que no se tiene en cuenta “el rol social” que cumplen. “Lo hablamos muy seguido y es algo que nos preocupa a todos los espacios de zona sur. Tenemos más pérdidas que ingresos, es algo que estamos sufriendo todos”, lamentó Dinaro.
Para el referente de SuperÁ, una de las soluciones para salir adelante es que Edesur le cobre el servicio a los espacios culturales con la tasa residencial, que es la que pagan los hogares, por la actividad cultural y social que tienen en la comunidad, a diferencia de la tasa comercial, que es la que pagan actualmente. “El importe, más allá de los aumentos, sería muy distinto”, sostuvo.
“No queremos desaparecer pero es una lucha difícil. Si se cierran los espacios no hay lugar para los artistas. Nuestra herramienta para luchar contra esto es seguir generando trabajo e ingresos para los artistas y para el lugar, pero se hace muy difícil para nosotros y tanto para los espacios independientes”, resumió.
Franco Solleiro Mlodziejwski