“Tengo esperanza de que se haga justicia”


A cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de los Tribunales de Lomas de Zamora, comenzará el 4 de junio el juicio contra Daniel Lagostena, único imputado por la desaparición de Érica Soriano, en 2010.

El hombre, detenido desde 2016, está acusado de “homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género”. La familia de la víctima espera que el caso se esclarezca, a poco de cumplirse ocho años de su desaparición.

“Llegar a esta instancia fue nuestro objetivo desde un primer momento y ahora esperemos que se cumpla”, expresó a Info Región la madre de Erica, María Esther, quien previo al inicio del proceso judicial prefirió mantener cautela respecto a una eventual condena. “Tengo esperanza de que se haga justicia, pero trato de no ponerle demasiadas expectativas hasta que llegue el momento”, contó.

El caso. Érica estaba en pareja con Lagostena desde hacía 6 años y cursaba un embarazo de dos meses y medio. Según informó su entonces pareja, el 21 de agosto de 2010 salió de su casa para visitar a su madre en Villa Adelina, pero nunca llegó.

El 20, la pareja había acudido a una cita con el ginecólogo y mantuvieron una discusión. Según el registro telefónico, en la vivienda había otra persona. Nunca se pudo demostrar que sucedió esa noche.

Por tierra, por agua, a través de redes sociales y “puerta a puerta”. Todas estas son las formas en que se buscó a Erica. Peritos que buscaron rastros en la casa de Coronel Santiago hallaron la chimenea caliente y restos de poliéster que se correspondían con una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó allí la ropa de su pareja, dijo un vocero. También se encontró una mancha de sangre debajo de una mesita ratona que fue detectada con luminol, pero como había sido lavada sólo se pudo determinar que era de mujer.

En el marco de la investigación, se fueron tendiendo líneas con la familia de Lagostena, a quien la familia de Erica denunció como responsable desde un primer momento. Es por esto que la Policía buscó a la joven en un campo de Saladillo, propiedad del padre de Daniel Lagostena. Para este entonces, la esperanza de hallarla con vida había desaparecido. De hecho, también estuvo bajo la lupa la cochería "La Paz" de Lanús cuyo dueño es el padre de Lagostena, Héctor. En noviembre de ese año (2010), peritos realizaron la exhumación de cuerpos en el cementerio de Lanús.

A finales de 2012, el juez Gabriel Vitale había resuelto que el acusado por “homicidio y aborto en el contexto de violencia familiar” seguiría detenido; esto fue luego de que la Cámara de Apelaciones anulara la prisión preventiva por error técnico. Es que se lo indagó por el delito de “privación de la libertad seguido de muerte” y la prisión preventiva era por otra carátula. Años pasaron desde ese momento hasta que Lagostena volvió a estar tras las rejas, condición en la que llega al juicio.

LGO de la Redacción de Info Región