Seguramente no tendrá consuelo Marcos René Maidana por haber perdido la pelea más importante de su vida y una de las más esperadas en la historia del boxeo argentino; pero su actuación estuvo a la altura de lo que se espera en el mejor pugilismo del planeta. Con inteligencia y gran disciplina, sostenido por un físico trabajado de manera intransigente en los meses previos a la pelea, el santefesino puso en aprietos como nunca antes a Floyd Mayweather, invicto como profesional, campeón en cinco categorías distintas y considerado unánimemente como el mejor boxeador del mundo. Sin embargo, nunca se lo vio tan incómodo y contenido; mérito del oponente que tenía enfrente.
Si bien Mayweather ganó la pelea merecidamente, no pudo dejar de tomarse en cuenta el contexto adverso en el que se presentó el peleador de Margarita. La velada fue en Estados Unidos, ante un rival estadounidense y con árbitro y jueces estadounidenses. Ni siquiera los guantes elegidos le dejaron usar a Maidana, pese a que habían sido aprobados por la comisión de Nevada. Por este tema, Mayweather armó un circo en la noche previa a la pelea que tuvo eco en la organización, que lejos estuvo de defender a Maidana y lo hizo pelear con unos guantes de la misma marca pero de confección norteamericana (los que había llevado eran mexicanos, rellenos con crines de caballo). Terminada la pelea, todavía arriba del ring, el Chino hizo su descargo y enfatizó la queja sobre cómo debió calzar sus puños apenas le acercaron un micrófono.
El inicio de la pelea mostró a Maidana enfocado y pétreo. Sorprendió a Mayweather en los dos primeros asaltos, con una disputa de campeón a campeón y no de estrellada a retador. En la cuarta vuelta cortó a Mayweather sobre su ojo derecho y parecía que el panorama era altamente favorable. En el quinto round, sobre todo en el último tramo, volvió a azotarlo. La pelea se acercaba a su meridiano y el trabajo del Chino era impecable. Pero ante Mayweather solo cabe una pelea perfecta para derrotarlo, algo que nunca nadie consiguió.
Desde la sexta vuelta Mayweather se adueñó del combate para imponer sus argumentos en la larga distancia. Tampoco dejó de mostrar mañas al levantar los codos y trabar la lucha recurrentemente. Maidana sentía cierto ahogo, aunque su enjundia permanecía inalterable.
La pelea se encaminó para el lado del norteamericano, que dominaba con el jab, pero sin que Maidana se entregase jamás ni dejase de buscarlo. Pretendía martillarlo en la zona baja para intentar aplicar luego su pesada mano derecha arriba.
Se iba el décimo round cuando el Chino se golpeó con fuerza los puños, invitándolo al cruce directo. Mayweather se mantuvo impertérrito en su estrategia, eligiendo los golpes, lanzando poco pero conectando mucho. La última vuelta fue para el argentino, que entonces buscó una victoria épica que no llegó.
Maidana quedó muy bien parado con todos los ojos puestos sobre la pelea que esta madrugada acaparó la atención generalizada. Podrá capitalizar lo hecho en el MGM de Las Vegas con otra gran pelea, incluso con una nueva velada ante Mayweather. Marcos René Maidana, el Chino, santafesino de Margarita, Argentina, está en las grandes marquesinas.
En una pelea histórica, Maidana perdió por puntos ante Mayweather
