El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja sus pronósticos de crecimiento para la Argentina y al alza los de inflación, en el informe sobre Perspectivas Globales difundido este lunes en el comienzo de la Asamblea anual del FMI que se realiza en Bali, Indonesia.
El organismo proyecta que el país permanecerá en recesión al menos hasta el año próximo y que la inflación rondaría un 40% este año y un 20% en 2019. Para el año próximo, el organismo espera que la economía argentina se contraiga 1,6%.
Los datos del Fondo no coinciden con los previstos por el Ejecutivo. En el proyecto de Presupuesto, el Gobierno estima para 2019 una caída de 0,5% del PBI y una inflación de 23%.
Previsiones
“En Argentina, se prevé una contracción del crecimiento del 2,9% en 2017 al 2,6% en 2018, lo cual supone una importante revisión a la baja respecto al pronóstico del informe WEO de abril de 2018, debido a las recientes perturbaciones en el mercado financiero, las elevadas tasas de interés reales y el más rápido avance en la consolidación fiscal impuesta por el Acuerdo Stand-By de acceso excepcional aprobado en junio. Se espera una nueva contracción de la economía del 1,6% en 2019”, indica el informe del FMI, que apunta que “a mediano plazo, se espera que el crecimiento se sitúe en el 3,2%, coincidiendo con la firme aplicación de las reformas y la recuperación de la confianza”.
También señala que “la inflación llegaría al 31,8% en 2018, a causa de la importante depreciación de la moneda, y se mantendría en un nivel similar (un 31,7%) en 2019”.
A nivel mundial
Para 2018–19 se proyecta que el crecimiento se mantenga estable en el nivel de 2017, aunque su ritmo es menos vigoroso que lo proyectado en abril y es ahora menos equilibrado. “Los riesgos para el crecimiento mundial han aumentado en los seis últimos meses y la posibilidad de sorpresas positivas ha disminuido”, dice el texto.
Se proyecta un crecimiento mundial de 3,7% para 2018–19; es decir, 0,2 puntos porcentuales menos que el pronóstico de abril para ambos años. “La revisión a la baja refleja factores sorpresivos que reprimieron la actividad a comienzos de 2018 en algunas de las principales economías avanzadas, los efectos negativos de las medidas comerciales aplicadas o aprobadas entre abril y mediados de septiembre, así como perspectivas menos favorables para algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo debido a factores específicos de cada país, condiciones financieras más restrictivas, tensiones geopolíticas y mayores costos de importación de petróleo”, apunta.
“Los riesgos para el pronóstico de crecimiento mundial están sesgados a la baja en un contexto de recrudecimiento de la incertidumbre en torno a las políticas”, explica el informe del fMI.
En comparación con el informe WEO de abril de 2018, el pronóstico de crecimiento para las economías de mercados emergentes y en desarrollo fue rebajado para 2018 y 2019 en 0,2 y 0,4 puntos porcentuales, respectivamente, y para 2020–23 en alrededor de 0,2 puntos porcentuales.
El análisis del presente en Argentina
“En Argentina, el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, sumado al escándalo de corrupción interna y la persistente incertidumbre en torno al éxito del plan de estabilización en el que se basa el programa con el FMI, han contribuido a la volatilidad de los mercados financieros. Pese a un incremento de la tasa de política monetaria de corto plazo en 2.000 puntos porcentuales y a varios aumentos del encaje legal, el peso argentino se depreció más de 40% en términos efectivos reales entre febrero y mediados de septiembre, las cotizaciones de las acciones volvieron a caer y los diferenciales de los títulos soberanos aumentaron a más de 700 puntos básicos”, señala.
El FMI recomienda “endurecer la política monetaria para reanclar las expectativas allí donde la inflación sigue siendo elevada (como se hizo recientemente en Argentina)” y plantea que “la intervención en los mercados de divisas debería limitarse a abordar trastornos en los mercados, protegiendo a la vez los colchones de reservas (por ejemplo, en Argentina, Brasil, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Turquía)”.
“En Argentina se requieren ajustes fiscales significativos en una etapa inicial para reducir la carga del financiamiento federal y situar firmemente la deuda pública en una trayectoria descendente”, apunta al organismo, al tiempo que sostiene que “en Argentina, las reformas deberán asegurar que los beneficios derivados de un crecimiento más fuerte y sostenido se extienden a todos los sectores de la sociedad; para ello, hay que reforzar la red de protección social, entre otras formas rediseñando los programas de asistencia social”.
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