El Club Social y Deportivo Mármol cumple 76 años. Más allá de lo deportivo, el club cumple un rol social como “espacio de contención” para los chicos de la localidad de José Mármol, en Almirante Brown.
“Cumple un rol social muy importante y hace lo que muchas veces el Estado no hace. No solo se convierte en un espacio de contención, sino que también es un lugar en el que los chicos pueden aprender. Mientras están en el club pasan menos horas en la calle”, destacó en diálogo con Info Región Marcelo Volonte, miembro de la Comisión Directiva y socio vitalicio del club.
Se fundó un 14 de febrero de 1943, en la misma cuadra en la que funciona actualmente, en King 957. Fueron cinco los socios fundadores. Vecinos del barrio que se juntaron con el sueño de poder dar un servicio social y un espacio para que los vecinos de Mármol puedan juntarse.
“El club a lo largo de su vida institucional fue creciendo por la colaboración de todos los socios y los presidentes, siempre poniéndole el hombro a la situación. Pasamos momentos difíciles pero siempre salimos adelante”, resaltó Volonte.
En la actualidad se practica fútbol competitivo, escuelita de fútbol, patín, taekwondo y gimnasia artística. El club tiene una cuota social accesible, de 30 pesos para los menores y 50 para los mayores. No se acercan vecinos solo de Mármol, sino que también participan familias de Rafael Calzada y San José, entre otros.
De todas formas, el que no puede pagar no paga. “Si no pueden pagar no vamos a dejar que por eso un chico deje de practicar un deporte”, apuntó.
Momentos difíciles y el futuro
Como casi todos los clubes de barrio del país, el Club Social y Deportivo Mármol atravesó momentos difíciles en el 2001. La gente, ahogada por el contexto económico, dejó de pagar las cuotas sociales y “se hacía todo muy cuesta arriba”.
Una situación similar se vivió en 2016, cuando el club tenía una deuda cercana a los 400 mil pesos. Gracias al esfuerzo de los socios, vecinos y amigos del club, se fue saldando a través de rifas y actividades para recaudar fondos.
Hoy afronta un contexto complicado por el impacto de las tarifas de los servicios y vive “subsistiendo día a día”, al igual que todos los clubes de barrio de la Provincia. “Se hicieron obras y nos cambiamos a luces led, pero otra vez volvieron a aumentar los servicios. En diciembre vino 4300 de factura de luz y en enero 9683. Es muy difícil de pagar y ya no sabemos cómo hacer para bajar el consumo”, apuntó Volonte.
“El club va a continuar creciendo mientras esté contenido por gente que lo quiere. Es todo a pulmón. Laburar y laburar. En los clubes de barrio más que trabajar para salir adelante no queda”, sentenció el miembro de la Comisión Directiva.