La cultura corre peligro, los teatros independientes de la región buscan salidas para paliar la crisis económica que cada vez es “más insostenible”. Pagar las tarifas, los alquileres de los espacios y mantener las puertas abiertas al público son tareas cada vez más difíciles de afrontar en un contexto económico al que definen como “desastroso”.
El Teatro de las Nobles Bestias, El Refugio de Banfield, Teatro de las Memorias y el Galpón Diablomundo son emblemas culturales de la Región que en los últimos años se vieron forzados a buscar distintas aristas para seguir con vida.
En tiempos de crisis, el llamado es a la comunidad para apoyar las propuestas. Las vacaciones de invierno se convierten en un tiempo ideal para dar una mano y disfrutar de espectáculos hecho a pulmón, con mucho amor y plagados de lucha.
Nobles Bestias
El teatro estuvo a punto de cerrar sus puertas en 2017, cuando los dueños del lugar decidieron ponerlo en venta. Hoy, ese conflicto “sigue latente”, señaló la fundadora del teatro, Claudia Eichenberg. “La problemática no se solucionó, los dueños no pueden vender la propiedad y mientras tanto nos alquilan a nosotros. No pudimos comprarlo, están pidiendo una fortuna”, explicó a Info Región.
A este conflicto, se sumaron las altas tarifas de los servicios y la crisis general del país. La fundadora del teatro -que este año cumple 25 años como espacio cultural- sostuvo que a pesar de recibir el subsidio del Instituto Nacional del Teatro, es difícil seguir. “Eso alcanza para pagar una parte del alquiler, ni hablar de las facturas”, planteó.
A pesar de los palos en la rueda, Claudia se mostró optimista y señaló que el teatro independiente “siempre fue a pulmón” y que en este marco seguirán “para adelante” hasta que “las cosas cambien y haya una política de Estado que priorice a la cultura”, sentenció la referente del espacio que se encuentra en 14 de julio 142, Temperley.
El Refugio
Este año, el teatro que se encuentra en Maipu 540 de Banfield cumplió 20 años y también corrió riesgos de cierre a causa de las deudas y las tarifas de los servicios que no podían costear. Lo único que los salvó fue la ayuda de la gente y haber podido cobrar el subsidio que el Instituto Nacional del Teatro les debía desde febrero. “Seguimos complicados, pero por suerte logramos cobrar el subsidio que nos garantiza llegar a diciembre”, explicó el director del teatro Daniel Bastias.
“La crisis reinante en nuestro querido país hace que se nos haga imposible sostener éste espacio”, habían anunciado en mayo desde la dirección del teatro. Viven “el día a día” y su director apostó a que “en diciembre las cosas cambien”. Mientras tanto, todos los sábados realizan una feria propuesta por los vecinos para recaudar fondos que ayuden “a pagar las cuentas”.
Respecto del futuro del teatro el director señaló que “no queda otra que esperar hasta diciembre” para saber cómo sigue todo. “El teatro independiente siempre fue una lucha pero lo que nos pasó estos últimos 4 años fue terrible”, concluyó.
Teatro de las Memorias
El año pasado se vieron obligados a suspender la cartelera para las vacaciones de invierno por un problema con las napas que ocasionaba que el espacio se inundara y eso obligó a que desde la dirección cambiaran “la modalidad del teatro”.
“No pudimos resolver la problemática y ahora no podemos cumplir con una programación como hacíamos antes”, explicó la directora del espacio, Alicia López Heredia, quien también hizo hincapié en que “las facturas del teatro son una cosa de locos”.
Este año tampoco habrá festival de invierno ya que la modalidad que maneja el teatro ahora es con funciones puntuales en días y horarios específicos porque les resulta “muy costoso” mantener un cronograma. A pesar de ello, la directora destacó que cada vez que hay función “las salas están llenas”.
Respecto de la situación que están viviendo, Alicia se mostró positiva y afirmó: “Nos pusimos muy firmes en este plan de resistir con las puertas del teatro abiertas, es el teatro más antiguo de la zona y sigue de pie como un roble, no se cierra por más crisis que haya”, sentenció la mujer, respecto al espacio está ubicado en Saenz 277 de Lomas de Zamora.
Teatro Galpón Diablomundo
Diablomundo tiene 31 años y según su director, Enrique Pagella, en enero pensaron “seriamente en cerrar”. Enrique no dudó y remarcó que “esta situación económica empezó cuando asumió este Gobierno”.
La financiación del teatro nace de los talleres que brindan, la programación de espectáculos y el subsidio del Instituto Nacional del Teatro que “es fundamental para el espacio”, explicó Enrique a este medo.
Fue por la falta de ese subsidio, que recibieron en abril de este año luego de no percibir la suma desde el 2017, que en 2018 llegaron a “deber 9 meses de alquiler” y pensaron en “bajar los brazos y cerrar el teatro”, ubicado en Almirante Brown 3589 de Temperley. En ese marco de desesperanza, el director del espacio destacó que lo que lo impulsó a continuar fue la ayuda que recibieron de “gente del palo y artistas con los que se pudo recomponer la situación día a día”.
“Estamos con mucha más fe ahora que el año pasado, sabemos que la situación no cambió, pero cambió nuestro ánimo”, remarcó Enrique, quien lamentó que además de tener que “remar en dulce de leche repostero con un escarbadiente en un contexto económico desastroso”, el teatro independiente debe luchar “contra una situación cultural empobrecida que no valora al artista local” finalizó.