La tensión volvió a Francia. Luego de la reforma previsional impulsada por el presidente Emmanuel Macron, se convocaron 245 marchas a lo largo de todo el país y se vieron interrumpidos los servicios de transporte aéreo y ferroviario, además del cierre de colegios y diversas instituciones.
El inicio de las protestas comenzó este miércoles por la noche cuando los empleados de trenes interrumpieron sus servicios a nivel nacional como consecuencia de la falta de acuerdo entre sindicalistas y las autoridades del Poder Ejecutivo.
La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) advirtió que solo circulan uno de cada diez trenes de alta velocidad TGV, de los cercanías de París y delos de largo recorrido, así como uno de cada cinco regionales (TER), mientras que el tráfico internacional se ve igualmente “muy afectado”.
La reforma en cuestión busca sustituir los 42 regímenes que existen en la actualidad por un sistema por puntos en el que cada euro cotizado brinde los mismos derechos al alcanzar la jubilación, y contempla con ello acabar con los beneficios de los que gozan trabajadores como los de la SNCF o la red metropolitana parisina de transporte.
El punto máximo de tensión es en la capital francesa, París. Allí se lleva a cabo el conflicto más grande donde los manifestantes llegaron a las calles y la Policía reprime, por lo que la violencia comenzó a crecer.