La cuarentena obligatoria se extendió hasta el 10 de mayo y realizar las compras sigue siendo un problema. Si bien el rubro de Alimentos está exceptuado de realizar el aislamiento, comienzan a notarse faltantes en las góndolas, motivo por el que los supermercados e hipermercados empiezan a limitar su venta.
Los productos que hoy aparecen limitados son los de consumo masivos, como aceite, azúcar y huevos. “Sólo una docena por compra”, reza el cartel en Josimar de Las Lomitas, y a disposición hay varias cajas de huevos de seis unidades a Precios Cuidados (59 pesos). Sin embargo, esto no sucede en los barrios, en los que no hay o se llegan a pagar valores exorbitantes.
Un comerciante comentó que los proveedores vendían un cajón de huevos a 3000 pesos, a razón de poco más de 8 pesos por huevo. Sin embargo, vecinos advirtieron que ya en marzo se vendía el maple a 300; 10 pesos por unidad. Comerciantes apuntan contra los proveedores y vecinos contra comerciantes. De acuerdo a la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), durante los meses de febrero y marzo el cajón de 360 huevos tenía un valor que rondaba entre los 1.200 y los 1.500 pesos. Sin embargo, en los comercios de barrio ese valor era notoriamente más alto.
Otro de los productos que se limita la venta en comercios céntricos es el azúcar, que difícilmente se consigue en los supermercados chinos ubicados en cualquier barrio del Conurbano. En el caso del supermercado de Lomas, se permite llevar dos unidades (kilos) por compra. La misma limitación aparece en la góndola del aceite.
Desde Consumidores Libres pidieron que haya sanciones para los comercios que no cumplen con los precios. Héctor Polino precisó que “aceites, limpieza, perfumería y vegetales presentan aumentos que en algunos casos oscila en el 62 por ciento”. Valoró, en declaraciones radiales, que los intendentes se involucraran en el control de precios, al que considera hoy “uno de los problemas fundamentales del Gobierno”.
Cuestionó que “las grandes cadenas de supermercados piden que autoricen aumentos de precios cuidados en un orden del 20 por ciento”. Sin embargo, y a juzgar por los recorridos realizados por un cronista de este medio, las distorsiones más grandes de precios aparecen en los barrios, en los comercios de cercanía, en aquellos en los que ni siquiera el consumidor puede llevarse un ticket que demuestre el valor de venta y se exige el pago en efectivo.