El Papa Francisco pidó hoy “que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados”, y lamentó que “aún hoy hay muchos esclavos en el mundo”, al recordar desde el Vaticano el Día Internacional de los Trabajadores.
“Hoy, que es la fiesta de San José Obrero, también el Día del Trabajador, rezamos por todos los trabajadores. Por todos”, afirmó el pontífice durante la misa que celebró en su capilla de la residencia Casa Santa Marta.
“Para que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados y puedan gozar de la dignidad del trabajo y la belleza del descanso”, convocó Jorge Bergoglio
Durante su homilía, Francisco se refirió a la historia de la esclavitud y lamentó que “aún hoy hay tantos esclavos, tantos hombres y mujeres que no son libres para trabajar: se ven obligados a trabajar, a sobrevivir, nada más”. “Son esclavos: trabajo forzado… son trabajos forzados, injustos, mal pagados y que llevan al hombre a vivir con la dignidad pisoteada. Hay muchos, muchos en el mundo. Muchos”, denunció Bergoglio.
El pontífice convocó a pensar “en los trabajadores, en los diarios, que los hacen trabajar por un salario mínimo y no ocho, sino doce, catorce horas al día”. “Esto sucede hoy, aquí. En todo el mundo, pero también aquí”, alertó.
“Piensen en la empleada doméstica que no tiene un salario justo, que no tiene asistencia de la seguridad social, que no tiene capacidad de jubilación: esto no sólo ocurre en Asia. Aquí”, planteó.
Durante su mensaje, Francisco afirmó además que “toda injusticia que se comete contra un trabajador es un atropello a la dignidad humana, incluso a la dignidad de lo que hace la injusticia: bajas el nivel y terminas en esa tensión de dictador-esclavo”. “Hoy nos unimos a muchos hombres y mujeres, creyentes y no creyentes por igual, que conmemoran el Día de los Trabajadores, el Día del Trabajo”, llamó Francisco desde su misa, transmitida en directo por los canales online del Vaticano.
En ese marcó, pidió también “por aquellos que luchan por la justicia en el trabajo, por aquellos buenos empresarios que realizan el trabajo con justicia, aunque ellos pierdan”. En ese marco, destacó “la conciencia de tantos buenos empresarios, que vigilan a los trabajadores como si fueran sus hijos”, e invitó : “Recemos por ellos también”.