Java Valentina tiene 1 año y seis meses, es electrodependiente y padece de atrofia espinal muscular. A los tres meses de vida fue internada y permanece en esa condición desde entonces. Su madre, Flora Benítez Poncin, le pidió a Edesur que le instalaran un medidor en su casa para poder trasladarla a la vivienda por el temor que le genera la situación de internación y la pandemia.
En un principio, la nena estaba en el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, pero por la pandemia y al tener obra social, la trasladaron hace casi tres meses al Sanatorio Franchín, ubicado en Almagro, donde continúa hasta el día de hoy. Su pedido es desesperado. Necesita la internación domiciliaria, y al no contar con servicio eléctrico registrado en su casa de Florencio Varela, no puede ser derivada. “Mi hija corre riesgo y Edesur no responde”, advirtió.
“Estamos esperando la internación domiciliaria hace un año y tres meses, y mi casa no cuenta con un medidor. Le estamos pidiendo a Edesur y se negó a bajármelo, según me lo informó el otro día mi supervisora de Desarrollo Social que me acompaña en mi caso. Acá corre riesgo ya que estamos en terapia, y ella como es electrodependiente cualquier virus hospitalario la pone en peligro”, explicó en diálogo con Info Región.
Dado que los médicos no van a autorizarle la internación en su domicilio hasta que no cuente con un medidor de luz, necesita que su caso se visibilice. “Estamos pidiendo ayuda pero ahora ya no sé a quien pedírsela. Nadie me responde”, lamentó la mujer.
Los profesionales de la salud se acercaron a la casa de Flora y aseguraron que está en condiciones de recibir a la nena, pero se encontraron con que no hay medidor. Entonces, la internación domiciliaria se posterga. “Mientras que Edesur no me responde, vamos a seguir acá y yo no quiero pasar un año más internada con la nena, que es electrodependiente pero está bien, y no me queda otra. Corre riesgo y tengo que seguir acá”, consideró, aludiendo al Covid-19 pero también a cualquier otro virus intrahospitalario.
Pedido y respuesta de Edesur
La trabajadora social María Fernanda Nantón fue quien redactó el pedido formal a la empresa eléctrica el 23 de abril. “Cuando me dieron la carta con el reclamo, como estamos en pandemia yo no fui a llevarla a Edesur”, detalló Flora, y agregó que no la entregaron ese mismo día. “Tardó una semana, pero no sé en qué fecha específica le llegó a Edesur”.
Además, contó que desde la empresa se acercaron a ver su casa en junio y le dijeron que no iban a poder poner el medidor. El presidente de la Asociación Argentina de Electrodependientes, Mauro Stefanizzi, corroboró en contacto con este medio la información. “Nosotros incluso le mandamos a Edesur y en su momento la empresa dijo que no podían hacer nada en esa zona y que no le podían bajar el medidor, y se lo derivamos al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) porque en Edesur ya dieron la negativa”, precisó.
Ante la consulta de Info Región por este caso, desde Edesur explicaron que para el trámite de electrodependientes la ley indica que “la persona que considera que puede acceder al beneficio de electrodependiente tiene que hacer un trámite en el Ministerio de Salud y éste que es quien aprueba o no esa cuestión”. Por lo que señalaron, no es por “voluntad o no de Edesur”, porque no depende esta empresa. “Si aprueban desde el Ministerio, nos mandan una orden y nosotros lo incluimos en la lista”, apuntaron.
Más allá del registro, la empresa aclaró que debe realizarse una obra en el barrio donde reside. “Si vive en un barrio que no está formalizado dentro de lo que es el catastro municipal nosotros no tenemos potestad para entrar a ese lugar a instalar un medidor, no es por voluntad, es porque no tenemos potestad de hacerlo”, señalaron. “No es un lugar donde puedan llegar como empresa para llevar el medidor”, insistieron.
“Hay que hacer una obra, que son cuestiones que exceden a lo que puede hacer la empresa”, aclararon. Si bien “la voluntad de ayudar está”, la empresa detalla que “la parte técnica explica que no hay forma de llegar con la red a ese lugar”.
Calle de tierra
Flora contó, por otro lado, que llama “todos los días” al Municipio para que mejore su calle, al ser de barro, y por existir la posibilidad de que “un día de lluvia no llegue a entrar una ambulancia”. “Pero yo no me preocupo tanto por la calle, sino que me preocupo más por el medidor”, dejó el claro.
“Si sigue mi casa está sin medidor, mi hija no va ir porque los médicos no me van a dar de alta”, lamentó la mujer oriunda de Florencio Varela, que desde hace más de un año se encuentra internada junto a su pequeña hija.