“Pensábamos que iba a ser algo transitorio y no lo es”, admite Sergio, dueño de Hamelin Eventos, un multiespacio del barrio de Mataderos que, como todos los del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), cerró sus puertas a la espera de algún día volver a recibir un festejo, y ese día todavía no llegó.
“La realidad es que los espacios como los peloteros o los salones multieventos que trabajamos día a día estamos en crisis. Esto viene hace rato, ya que desde la época de (Mauricio) Macri que los últimos dos años fueron caídas comerciales muy fuertes. Encima veníamos de un enero y febrero, en donde no se trabaja mucho, y en marzo fue terrible porque solo los primeros días trabajamos y el 14 tuvimos que cerrar. De ahí en adelante no pudimos hacer ningún tipo de ingreso”, lamentó, en diálogo con Info Región.
El dueño de Hamelin Eventos, en ese sentido, comentó que, en un principio, optaron por “llamar a todas las personas que ya habían alquilado el salón para marzo, abril y mayo” para darles la opción de cambiar la fecha. “Como todavía no se sabía hasta cuanto íbamos a mantener cerrado al público, dimos fecha para agosto y septiembre, pero tampoco va a pasar y tuvimos que volver a diagramar”, señaló.
“Mucha gente prefirió mantener las señas y algunas ya tenían también los eventos todos pagos con catering y demás. Por suerte todas esas personas fueron muy solidarias y entendieron la problemática, que nos permitió aguantar el hecho de que no nos pidan las señas y no nos pidan las fiesta que ya estaban pagas”, explicó. Y agregó: “A raíz de eso, se nos alivió un poquito esa situación pero la problemática continúa y muchos empezaron a gestionar fechas para el año que viene, porque a medida que iban avanzando los meses y no había una cierta fecha exacta para poder empezar a abrir, comenzaron a dejar las señas para el 2021, que viene obviamente son con un nuevo costo”.
Sergio, finalmente, advirtió que, a pesar de que pudo diagramar y posponer algunas fechas, las cuentas “siguen llegando”. “Es muy difícil mantenernos. Nuestro el alquiler es muy elevado y los impuestos son muy caros también. La luz, el agua, el gas. También todo lo que indica tener seguridad dentro del salón con respecto a las alarmas, al sistema de protección privada, todo se siguió pagando”, sostuvo.
“Todo este mantenimiento genera mucha plata y mucha deuda, porque nosotros al no poder facturar y al estar quietos nos complica en demasía, porque no tenemos formas de poder solventarnos, y ese ingreso que nosotros contamos mes a mes ya no lo tenemos”, recalcó.
Y concluyó: “El problema es que hasta que no nos den una solución con respecto a esta enfermedad, va a ser muy difícil que nosotros podamos volver a abrir porque, qué padre va a mandar a un nene a una fiesta con el riesgo de que se contagia. Estamos muy complicados”.