A poco menos de tres meses del inicio de la toma de tierras en el barrio San Martín de Guernica, partido Presidente Perón, el conflicto sigue más que vigente. Desalojos judiciales postergados y la necesidad de muchas familias se conjugan para que no se vislumbre una salida en el corto plazo. La historia de Juana, quien llegó con su hija y su nieta a la toma.
Juana es una vecina de Lanús de 52 años. Oriunda de Chile, hace más de 35 años que vive en la Argentina. Poco después del inicio de la cuarentena, perdió su trabajo como “limpieza de hogar” y no pudo afrontar el alquiler. Con su hija y su nieta de 12 años, decidió ser parte de este movimiento que ocupa los terrenos de Guernica.
“Siempre he vivido aquí, trabajé toda mi vida y nunca tuve la posibilidad de comprar nada. Tengo 52 años, tengo 6 hijos que por suerte son grandes, pero yo el día de mañana no quiero andar de casa en casa y que me presten un lugar para vivir. Al principio tenia miedo, pero cuando me echaron del trabajo, vi que no podía pagar el alquiler y me vi obligada”, explicó.
Los primeros días fueron los más difíciles. “Se pasa frío y muchas necesidades”, admite. Aún siente los labios reventados del frío y el viento, mientras que muchos sufrieron brotes por las garrapatas que había en el pasto.
“Nosotros no tomamos terrenos para vender ni nada, estamos en estos lugares por necesidad. Es todo muy triste, pero lo estamos llevando bien. Es todo bastante precario”, comenta. Y siguen pasando los días y las noches, mientras ellos resisten.
Juana destaca que “el único protocolo” que se lleva a cabo en esta toma “es el barbijo”. “Vivimos en la mugre. Caminamos ocho cuadras para buscar bidones de agua y nos bañamos cuando podemos. Usamos toallitas húmedas, con eso nos arreglamos”, agrega.
A su vez, señaló que la ayuda del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad “no existe”. “Traen donaciones al predio pero muchas veces no las dejan entrar. Es mentira que nos ayudan. Nos prometieron baños y no pusieron nada. Tenemos que hacer hoyos para hacer las necesidades. El Estado no se hace cargo de nada”, recalcó.
Ella forma parte de la toma y advierte que el grupo de familias está “más unido que nunca” luego de que el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad realizara una serie de medidas para poder resolver, de manera pacífica, el desalojo.
“Estamos muy unidos. Hacemos ollas populares, nos ayudamos, y recibimos ayuda de varias organizaciones. Hay médicos, maestros y mucha gente que nos da una mano. También recibimos donaciones. Con eso vamos tirando y esperamos a que el Gobierno nos de una respuesta”, señaló a Info Región.
Estas últimas semanas, el titular de la cartera de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, encabezó una serie de reuniones para que las familias firmen un desalojo “pacífico y voluntario”, y abandonen el predio con la promesa de, luego, reubicarlos.
“El Gobierno nos ofrece 3000 lotes pero no nos dicen dónde están y no nos los quieren mostrar. Es decir, ellos quieren que nos vayamos y, al año, entregarnos estos lotes. Nosotros no queremos que nos regalen nada, sino que nos den una chance. Queremos que nos hagan un plan de pago para que en vez de pagar un alquiler podamos pagar esos lotes. Pero así no, parece que nos están mintiendo, nos están engañando. Te ofrecen y al mismo tiempo te lo sacan, por eso no nos vamos a ir”, advierte Juana.
Para este jueves 15 de octubre está pautado el desalojo en los terrenos de Guernica, el cual fue postergado en varias oportunidades. Desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires advierten que “no hay margen para pedir otra prórroga”.
El ministro Larroque aseguró ya son 552 las familias que aceptaron un acuerdo con el Gobierno provincial para abandonar de manera pacífica el predio que ocupaban en la localidad de Guernica. Sin embargo, parece que el desalojo se llevará a cabo porque son casi 2000 las que aún permanecen en el predio.