El pasado 11 de octubre pudo extender el paño en la calle por primera vez, cuando se acercó a la plaza Victorio Grigera de Lomas de Zamora, donde se desarrollaba el quinto Encuentro de Mujeres de Zona Sur. Tiene 28 años y la pandemia provocó una ruptura en su vida, ya que las calles dejaron de ser lugar de trabajo y se convirtieron en una zona peligrosa. ¿Cómo es ser artesana en tiempos de coronavirus?
Tiene 28 años y es la fundadora de “Creando reciclo”, un emprendimiento que transforma cd´s usados en arte. Su vida, como la de todos, cambió a partir de marzo. El “verdadero momento crudo”, como ella lo define, fue el inicio de la cuarentena.
En diálogo con Info Región, Barbara relató que en marzo tuvo que mudarse de su casa en Remedios de Escalada porque la persona con la que convivía era paciente de riesgo. “Estuve viviendo de prestado seis meses y tardé todo ese tiempo en juntar la plata para un alquiler”, contó. “No tenía nada de plata, fue el momento más crudo” admite.
“Viví de prestado en casa de amigues, hasta me prestaron un espacio en un centro cultural donde estuve un tiempito hasta que junté plata para poder alquilar algo”, recordó la mujer de 28 años, quien finalmente logró mudarse a una casa en Gerli hace un mes.
Las personas dejaron de transitar la calle y ella se quedó sin público par vender sus productos. Esto tuvo un fuerte impacto económico en su vida y admite que si bien intentó seguir con la venta en la calle, la mirada de la gente era esquiva. “En abril sólo pude vender un par de aros, porque la gente no te quería ni mirar”, planteó.
Ella pudo inscribirse para cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) porque la plata no alcanzaba. Antes de la pandemia, lograba conseguir dinero para subsistir una semana yendo a “parchar” (poner sus artesanías en un paño) un día a la plaza Mariano Moreno de Remedios de Escalada.
“Antes de la pandemia era ir a las plazas, a las marchas, centros culturales autogestivos o lugares así” manifestó. “Era otra realidad, la gente podía tocar las cosas, podía probarse, y ahora ya no se puede hacer nada”, planteó la mujer que volvió a extender el paño en la plaza el pasado 11 de octubre, en el Encuentro de Mujeres de Zona Sur. “Fue el regreso. Sentí que se me pasó todo muy rápido”, resaltó.
“Fue una realidad completamente distinta”, admitió, y explicó que “si alguien quería ver un par de aritos era ponerle alcohol en la mano, que no se acerque al paño, tratar de que no toque o tirarle alcohol a las cosas”.
Más allá de este evento, ella tuvo que reinventarse. No tenía redes sociales y no lo quedó otra más que abrirlas, para poder mostrar lo que hace y vender. Admite que fue “difícil”, sobre todo porque los suyo era “interactuar con la gente”. “Lo mío era el boca a boca, o de última te paso el celular y escribime”, contó.
De todos modos, rescató que gracias a las redes sociales pudo vincularse con gente de otros lugares, que tal vez nunca hubiese tenido la oportunidad de conocer. “Me encargan las cosas y yo las mando por un envío, tengo una especie de feria virtual”, manifestó con gracia.
Bárbara hace arte reciclado desde hace más de dos años. “Los cd’s y dvd’s pasan por un proceso de limpieza y después es cortar las piezas y hornearlas, eso da el efecto de vidrio”, precisó. “Arranqué haciendo aritos y llaveros, y ahora hago cuadros, llamadores, imanes, entre otras cosas. Lo reciclado lo convierto en arte” aseguró.