De cara a la vuelta oficial a las canchas en la Primera Nacional, Temperley suma ensayos futbolísticos y, de la mano de Walter Perazzo, busca su mejor versión. “Todos tenemos un deseo y una ilusión que es devolver a Temperley a Primera”, aseguró Joaquín Papaleo a Info Región,
“Todos tenemos un deseo y una ilusión que es devolver a Temperley a Primera. Más allá de las ganas, nos damos cuenta que el equipo está preparado para lograrlo, ojalá inicie pronto el campeonato y logremos demostrarlo dentro de la cancha”, planteó.
En el aspecto individual, admitió: “Estoy contento porque tuve la posibilidad de jugar muchos partidos y agarrar ritmo después de tantos meses parados. Nunca me conformo, pero si me pone feliz el rendimiento que mostré hasta el momento”.
Por el buen camino
El ex Santamarina de Tandil sabe que tendrá que demostrar dentro de la cancha porqué es el indicado para quedarse con la titularidad del arco del Gasolero. En los amistosos mostró buen nivel de juego, pese al largo parate por la pandemia.
“El balance de los amistosos es muy bueno. Sumar minutos en cancha es positivo porque es lo que nos da el ritmo de juego y ayuda a conocerse con los compañeros, sobre todo nosotros que somos un equipo en formación. Fuimos de menor a mayor y hoy el grupo va encontrando el funcionamiento”, explicó el guardameta.
También evaluó la competencia interna: “Este proceso presta la posibilidad a todos de que estemos preparados porque sabemos que en cualquier momento nos puede tocar. El torneo será exigente y con partidos seguidos, por lo que hay que estar atentos. Estamos muy bien desde todos los aspectos y eso es para rescatar”, analizó.
Larga espera
El formato del próximo torneo en el cual se definirán los ascensos a la Liga Profesional aún no estén definidos. “Hablamos dentro del grupo y nos genera fastidio la incertidumbre de no saber qué va a pasar. No tenemos que dejarnos influenciar y estar fuerte de la cabeza pensando que nuestro objetivo es uno. Quizás para nosotros tener más tiempo para prepararnos es positivo”, sentenció Papaleo.