Son varias las vacunas que se están desarrollando en el mundo contra el Covid-19 y desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires ya avisaron que el objetivo es comenzar con la vacunación en enero, cuando llegaría la vacuna Sputnik V, de origen ruso que tiene un 92 por ciento de eficacia en los ensayos. Mientras tanto, empieza a preparase el operativo de vacunación. Farmacéuticos piden ser claros frente a la ansiedad creciente de la población.
A juzgar por las declaraciones de funcionarios, las de Rusia serán las primeras dosis que lleguen al país, aunque también se negoció por la de Pfizer y AstraZeneca, que tiene una efectividad del 95 por ciento en los ensayos. Estas dosis no llegarían hasta mediados de 2021. Moderna también anunció resultados de estudios, pero no llegará a la Argentina.
“Mi deseo es que para enero y febrero ya hayamos podido vacunar a no menos de 10 millones de argentinos”, aseguró el miércoles el presidente Alberto Fernández. Desde el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires indicaron que se van a crear unos 350 puntos para poder llevar a cabo la vacunación. El objetivo es llegar en tres meses y medio (en mayo ya estaría completo) al total de la población necesaria. La población de riesgo sería la primera en recibir la vacuna, tal como pasa con la vacuna antigripal.
En marzo y abril comienza la aplicación de la antigripal y este año, en medio de la pandemia, hubo una mayor demanda y se dieron situaciones dramáticas. Muchas personas recorrían farmacias para encontrar una dosis y se anotaban en listas de espera. Los gobiernos locales implementaron operativos de vacunación casa por casa y en barrios, pero mucha población quedó por fuera y no logró conseguir una dosis. La demanda de esta vacuna permite imaginar qué sucederá con la del coronavirus.
La presidenta de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), María Isabel Reinoso, explicó que esta situación se dio porque “ los farmacéuticos en diciembre normalmente hacen la precompra de vacunas a los laboratorios, la cual se hace sobre un promedio histórico”. Según dijo, las vacunas fueron llegando en etapas pero la demanda explosiva fue en dos o tres meses.
“Los laboratorios fueron entregando en etapas, hoy todavía tenemos dosis porque todos la querían en marzo, lo que era imposible”, analizó, a la vez que detalló que “todos querían vacunarse en la primera etapa, por eso hubo una demanda muy importante”. “Paso lo mismo con la vacuna, con la vitamina c, con el paracetamol, con el alcohol en gel, con los termómetros, pero después eso se fue normalizando en abril y mayo”, sostuvo.
Reinoso hizo hincapié en que la demanda por la próxima vacuna contra el Covid-19 estará supeditada a que las personas tengan información clara y concreta.“Si la vacuna es eficaz, la gente se va a sumar a la vacunación, pero si la información no es clara y si los procesos en el cual se llevan adelante no se cumplen, eso va a hacer que la gente no adhiera”, consideró.
En este contexto, desde los Colegios de Farmacéuticos de Lomas de Zamora y de Lanús advierten que es necesario conocer cómo será “la logística” no sólo de aplicación sino de conservación de las distintas vacunas que lleguen al país, ya que varían mucho las necesidades de cada una para mantenerlas estables. Además, solicitaron una “campaña de información concreta” para combatir “la ansiedad” de los pacientes.
Leonardo Fernández, titular del Colegio de Farmacéuticos de Lomas de Zamora, indicó que la aplicación de la vacuna contra el coronavirus “es muchísimo más compleja que la antigripal”, ya que “todas las vacunas de los distintos laboratorios no son iguales en cuanto a estructura”. “Eso cambia en la conservación de la vacuna. Hay algunas que necesitan más frío que otras”, agregó.
“El problema es la logística y cumplir con el frío que necesita cada una. Además, no todos los sitios cuentan con la estructura de la cadena de frío necesaria. Cómo se traslada, cómo se disponen los puntos de vacunación. Es necesario pensar en la logística adecuada para esta campaña”, subrayó.
Por otra parte, Fernández puso en foco el debate sobre las farmacias como puntos de vacunación. “Veo mal que las queden afuera porque podrían asistir, sobre todo, a aquellas que no necesitan freezer”, opinó, al tiempo que advirtió que, sin la inclusión de los particulares, “los centros dispuestos por el Estado van a tener mayor cantidad de gente y capaz colapsen”. “Si en Lomas lo hacen en el hospital Gandulfo o en el de Llavallol, sin algún respaldo en particulares, puede ser que colapsen”, alertó, en contacto con Info Región.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Lanús, Néstor Caprov, también hizo hincapié en “la logística que se necesita para llevar a cabo la vacunación”, y afirmó que “hoy el Estado no tiene el sistema que se pide para mantener la vacuna, por ejemplo de Pfizer”, la cual necesita 80 grados bajo cero.
Tanto Fernández como Caprov hicieron hincapié en la logística y la información. Plantearon que debe estar muy claro quiénes serán los que primero accedan a las vacunas, cómo es la conservación y la aplicación. Y admiten que la “ansiedad” es y será mucha.
“Lo más importante es brindar una buena información, quiénes pueden vacunarse en la primera etapa y quién no. Eso tiene que estar bien estipulado. Hay que ser terminantes porque si no colapsa el sistema. Habrá mucha ansiedad por ser los primeros, pero la información de quienes son los grupos prioritarios, tienen que ser muy clara”, comentó el titular del Colegio de Farmacéuticos de Lomas de Zamora.
“Lo más importante es conocer y preparar la logística. Si se va a vacunar en farmacias, en tráilers, si va a ser por los barrios o en puntos de vacunación. Eso lo tiene que definir el Gobierno provincial. Hasta ahora, están haciendo una minuta que está atada con alambres. Tenemos que ser claros con los métodos de conservación y aplicación de la vacuna”, apuntó su par de Lanús.