María Isabel Chorobik de Mariani, conocida como “Chicha” y fallecida en el 2018 sin haber podido reencontrarse con su nieta Clara Anahí, apropiada en 1976, volvió a dar testimonio de su lucha a través de un video que se proyectó este martes en una de las audiencias del juicio que se sigue por los crímenes cometidos en los centros clandestinos de detención de Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes e “Infierno”.
El registro de la voz serena y firme de “Chicha” Mariani, y la imagen de esa mujer de anteojos oscuros debido a los problemas visuales que padecía, cobró vida ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que juzga a 18 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz, por los secuestros, crímenes y abusos sexuales cometidos en esos tres centros clandestinos.
El TOF 1, integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, resolvió este martes proyectar e incorporar el testimonio que “Chicha” Mariani brindó ante la Cámara Federal de La Plata el 25 de mayo de 2009.
En el debate también se visualizó el video de la declaración brindada en el juicio de la causa “Circuito Camps” por Luis Velasco Blake, sobreviviente del Pozo de Banfield fallecido en noviembre.
“Ahora sé por qué los mataron, sé perfectamente que fue por la última publicación de ‘Evita Montonera’, que se imprimía a escondidas en la casa de mi hijo. En ese número denunciaban los ‘Vuelos de la muerte’, contaban lo que pasaba en la ESMA y que había campos de concentración”, se oyó contar a “Chicha” sobre el asesinato de su hijo Daniel Mariani y su nuera Diana Teruggi.
El 24 de noviembre de 1976 fuerzas militares y policiales atacaron la vivienda del hijo de “Chicha”, ubicada en las calles 30 entre 55 y 56 de La Plata y asesinaron a Diana Teruggi y cuatro compañeros de militancia.
Diana fue acribillada por la espalda y cayó cubriendo con su cuerpo a su pequeña hija Clara Anahí, que fue secuestrada por los represores y hasta el momento no pudo ser recuperada. Daniel Mariani no estaba en la propiedad al momento del ataque, pero fue asesinado en agosto de 1977.
“Ahí asesinan a Diana y se llevan a mi nieta. Y yo creía que mi hijo había muerto ahí también hasta que se comunicó conmigo. Yo lo había dado por muerto como la había dado por muerta a Clara Anahí”, relató quien fuera una de las fundadoras de Abuelas Plaza de Mayo.
En el registro audiovisual, la voz de “Chicha” evocó que cuando su hijo se contactó con ella ya habían pasado 15 días del ataque a la casa, y “vivía en la clandestinidad, la miseria”.
“Le dijimos que se fuera, que había una casa en Italia esperándolo, pero él no quiso irse porque faltaba la nena y además consideraba que si se iba traicionaba a los compañeros de militancia. Mi hijo se mantuvo escondido ocho meses hasta que lo mataron los policías de la comisaría 4ta de La Plata”, dijo con emoción.
Además, “Chicha” explicó en el video que, según le dijeron, a su hijo “lo habían acribillado y terminado de matar a patadas en el piso”.
“Cuando supe que lo mataron lo primero que hice fue recurrir a los lugares a los que ya había ido por Clara Anahí y mi nuera, pero no obtuve respuestas, se ocultaba todo”, subrayó en el testimonio.
Chicha relató “su investigación” sobre los crímenes y la búsqueda de Clara Anahí y aportó ante la cámara documentos, certificados de inhumación y testimonios de los ataques sufridos por otras nueve familias que vivían en la zona de la Comisaría 4ta de La Plata ya que, dijo, “teníamos la mirada puesta (en el accionar) de ese lugar”.
Testimonio de Luis Velasco Blake
Tras su testimonio, se proyectó otra videofilmación con el relato brindado en el 2011, en el marco del Juicio de “Circuito Camps”, por Luis Velasco Blake, quien fue secuestrado el 7 de julio de 1977 en La Plata y durante un mes estuvo cautivo en cuatro centros clandestinos de detención, entre ellos el Pozo de Banfield.
El hombre, que al momento de ser secuestrado era estudiante de tercer año de medicina y militante del Partido Comunista Revolucionario (PCR), detalló las características de los centros clandestinos donde estuvo cautivo, así como las torturas sufridas con la aplicación de “picana”, durante diez minutos seguidos, en ojos y genitales.
“Pero más terrible que ser torturado era oír los gritos de los torturados”, dijo Velasco quebrándose.
Durante su relato grabado, el testigo aportó nombres de las personas con las que compartió cautiverio, entre ellas Héctor Baratti, de quien destacó su entereza y cómo nació en cautiverio la hija de éste y Elena de La Cuadra, Ana Libertad, quien recién recuperó su identidad en el 2014.