Adriana Inés Acosta nació el 19 de enero de 1956 en Lomas de Zamora. Hija de Teresa Bernardi, a quien todos dicen ‘Poli’, y de Oscar Acosta. Fue la hermana mayor de Leticia y de Marcelo, quienes hoy tienen 60 y 58 años, y se encargaron de contarle a Info Región su historia.
Durante su infancia y adolescencia vivió en Castelli 1396, esquina Mentruyt, y fue al Colegio Balmoral, donde se inició en el hockey. En 1972 integró y fue capitana del equipo juvenil campeón metropolitano del club Lomas Athletic, y en 1973 integró y fue capitana de la selección de Buenos Aires que ganó el campeonato argentino.
Cursó algunas materias de la carrera Medicina en la Universidad Nacional de La Plata, pero en 1976 decidió pasarse a Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde ya militaba en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). “Yo tenía 18 cuando ella desapareció. De ese día recuerdo que no llamó por teléfono”, contó Leticia. Adriana tenía 22 años en 1978, año en que fue detenida desaparecida.
Era sábado, 27 de mayo, y ella había ido a comer con unos amigos a una pizzería en Francisco Beiró y Segurola de Villa Devoto, donde pasadas las 15 fue secuestrada. “El lunes vino una chica a nuestra casa en la calle Castelli, con un sobre en la mano y con la dirección, diciendo que Adriana vivía con ella en una pensión, que se había ido ese día al mediodía a comer una pizza con unos amigos y que no había vuelto”, detalló Leticia.
Adriana vivía en una pensión en Villa Crespo y su familia no lo sabía. Leticia contó que unos días después, alguien llamó por teléfono: “Me dijo que él la había visto y que ella mandaba a decir que presentara hábeas corpus. Le pregunté quién era, obvio que no me dijo, le pregunté dónde estaba y me dijo que no me podía decir”, recordó.
“Esa persona me dijo que la habían secuestrado de ´La Tuerca de Pérez´, que era una pizzería que estaba en Devoto, en la esquina de Beiró y Segurola, y me dijo exactamente, a las 3 y media de la tarde. ‘Vino una razia y se llevó a todos’, dijo. A partir de ahí supimos que estaba realmente secuestrada”, reveló.
“Para mi, mi hermana era mi heroína en ese momento, yo le copiaba todo lo que ella hacía. Era la hermana mayor, si ella lo había hecho era porque estaba bien hacerlo. Era un modelo, medalla de oro en el colegio, ayudaba en hospicios y a la gente sin oportunidades”, describió con emoción. “Esto destruyó a la familia, nos hizo pelota”, admitió, al tiempo que recordó que un año antes del secuestro, sus padres le habían pedido a Adriana que se fuera del país. “Ellos (sus padres) se sentían culpables, en algún momento la citaron a mi hermana acá en Lomas, en la galería Goes, con el pasaporte en la mano y le dijeron ‘andate a Brasil’ y mi hermana dijo ‘no tengo porque irme porque yo no hago nada’”, apuntó.
Marcelo Acosta, quien en 1978 tenía 15 años, recordó: “En ese momento era todo secreto, no se lo podías decir a los vecinos ni a nadie. Vos sólo decías Adriana está de viaje o Adriana está estudiando”. “A mi me afectó muchísimo, hasta el día de hoy me afecta. Mi hermana venía de la facultad, me despertaba y me trataba de ayudar en el colegio. Me ayudaba con la tarea o en lo que me faltaba. Ella siempre estaba, me cuidaba mucho”.
“Todavía sigo atravesando el duelo. Lo que pasa es que vos nunca viste un cuerpo ni nada, eso es lo que me afecta, porque no podes ir a ningún lado a llorarla. Yo lo único que puedo hacer es ir al monumento en frente de Aeroparque, en la costanera, y cada tanto llevarle una flor al nombre de ella”, manifestó, a la vez que confesó que: “Al día de hoy sigo extrañándola”.
Adriana Inés Acosta fue secuestrada en mayo de 1978 y detenida en el centro clandestino El Banco, ubicado cerca de la intersección de la Autopista Ricchieri y Camino de Cintura, lo cual la familia pudo confirmar recién hace pocos años tras las declaraciones de María Cristina Tortti, una ex militante del PCML, quien habría sido compañera detenida de Adriana y de las últimas personas en haberla visto.