Tras 20 años de trayectoria, el Banfield Teatro Ensamble (BTE) no tuvo más remedio que anunciar su cierre definitivo el 31 de diciembre. Los meses de inactividad por la pandemia de Covid-19 y las deudas que arrastraban de años anteriores hicieron que el final fuera inevitable.
Después de haber hecho todo lo posible para seguir adelante -tanto transmisiones vía streaming como clases virtuales- frente al complicado 2020, el espacio no pudo sobrevivir a esta crisis. La pandemia, el confinamiento y tantos meses de inactividad hicieron que el desenlace más temido se volviera real.
“La situación fue que la pandemia reventó todo lo que tiene que ver con lo cultural, más allá del contexto el cual teníamos. Veníamos de cuatro años de una situación muy desfavorable para la cultura y acumulando deudas. Ocho meses cerrados y la imposibilidad de reabrir, nos mató”, señaló Pablo Cordonet, uno de los gestores del proyecto, a Info Región.
El actor expresó que la situación es “muy triste”, particularmente porque él fue uno de los que ideó el concepto de “Ensamble”. El BTE nació en el 2000, pero comenzó a ser pensado cuatro años antes por un grupo de estudiantes de teatro que entonces tenían entre 18 y 19 años: Silvina Aspiazu, Nelson Valente, Agustina Sanguinetti, Ignacio Gómez Bustamante y Pablo Cordonet.
El BTE, ubicado en Larrea 350 en Lomas de Zamora, ha calado profundamente en la cultura regional, nacional e internacional. Tuvo en sus escenarios artistas de renombre como Federico Luppi, Marta Lubos y Graciela Borges, entre otros tantos.
“Me quedo con la idea de haber podido generar lo que se generó en el Ensamble. Nosotros teníamos ese espíritu de los pibes que laburan en un teatro, la impronta no cambió nunca. Me quedo con esa idea de lugar que pudo ser”, expresó con emoción Cordonet, a la vez que manifestó que: “A nosotros nos tuvo que voltear una pandemia, porque pasamos por todas las crisis, desde económicas hasta sociales y culturales”.
“En noviembre vimos que teníamos la soga en el cuello y dijimos ´por más que le demos vuelta a la tuerca esto no va porque no estamos haciendo pie´”, admitió, en torno a la decisión del cierre. Más allá de todo, fue un “cachetazo”. “Es una situación que uno no la puede ni comprender”, apuntó.
“Para mi todo esto es raro, me parece que todavía no caigo. Fue todo tan rápido, feo y tan triste en cuanto a que las posibilidades se fueron cerrando… fue una especie de anochecer que vos la ves venir y decís que no te va quedar otra. Es rarísimo, el Ensamble, más allá de un proyecto cultural o de una empresa de entretenimiento, es un modo de vida”, apuntó.
“Arrancamos esto con 18 y 19 años. Yo ya tengo 42, imaginate que es la vida entera. El Ensamble significó una parte de la vida de mucha gente que se acercó al teatro o se acercó al arte de una forma muy linda y es muy difícil decir que esto no va a estar más”, lamentó a la vez que aseguró que “el Ensamble es una idea, no es un edificio solamente, ni es un lugar físico. El Ensamble no muere con esto”.