Germán Cavalieri no renovó su contrato con Los Andes luego de que el equipo quedara en el camino por el ascenso al Nacional B, tras perder como visitante de Sacachispas. En sus 13 partidos al mando del Milrayitas, pandemia de por medio, el club alternó buenas y malas pero no se cumplió con el objetivo de pegar el salto de categoría.
A poco de la confirmación de su alejamiento, el entrenador dialogó con Info Región y fue contundente respecto al análisis del trabajo realizado en la institución. “Después del partido con Sacachispas y no lograr el objetivo uno se podía imaginar este desenlace. Fue un año complicado con la pandemia. Es un club difícil, en el que hay elecciones y estas cosas pasan”, apuntó.
Y agregó: “Sabía que llegábamos a un club difícil en el que hay que ganar rápido, vender jugadores y promocionar pibes, todo junto, y a veces eso no va con el tiempo de adaptación de muchos. La realidad es que jugamos solo cinco partidos con un equipo que formé yo”.
Balance y disputas
En el año que estuvo en Lomas de Zamora, Cavalieri alternó buenas y malas, con un desenlace negativo en el que se cortó la ilusión de ascenso tras caer de mala forma en Villa Soldati. Si bien en determinadas presentaciones el equipo encontró resultados y rendimiento, nunca se terminó de consolidar en la exigencia de tiempo que impuso el formato de torneo.
“Los tiempos del fútbol no son los de una oficina, el futbolista tiene otras adaptaciones y lo sabe el que tuvo alguna relación con el deporte. Se trabaja con mucho exitismo”, indicó el ex Los Andes. Y continuó: “No me llevo bien con los periodistas de redes sociales, porque no son periodistas sino hinchas”.
En paralelo calificó al presidente Víctor Grosi como “un tipo honesto que tiene las cosas claras” y lamentó los “problemas y renuncias” que afectaron al club.
“Dejamos muchas cosas positivas y lo entiendo por lo que dicen los jugadores y muchos empleados del club que nos manifiestan que hace muchos años no se trabajaba como lo hicimos nosotros. Nos queda la tranquilidad de nuestro trabajo, nos queríamos quedar porque confío en lo que podíamos hacer y sigo sosteniendo que este grupo con algunos retoques puede pelear el ascenso”, desarrolló.
El respaldo
Lejos de los resultados y lo realizado en cancha, Cavalieri recalcó el compromiso del plantel y destacó el aporte de los futbolistas. Además evaluó el armado del equipo y la forma en que se llevó a cabo.
“Es el plantel más limpio que armé en mi vida como entrenador y ayudante de campo. No hay ningún directivo que me haya dicho trae a tal jugador porque es de un representante o un amigo. El que diga que un jugador que trajimos es malo, me parece que está errado ya que evaluar a un futbolista por cinco partidos es al menos injusto”, sostuvo.
En esa vía, respaldó a los más experimentados y el laburo “dentro del vestuario”: “El plantel dejó todo y los referentes como Ale Noriega y (Diego) Galeano siempre apoyaron, pese a que les tocó a veces estar afuera. Los más chicos crecen con ese ejemplo. Me quedo con esa opinión que es la que vale”.
Además, tomó un párrafo aparte para reconocer al capitán: “Para analizar este grupo siempre tomo el ejemplo de (Franco) Peppino que la gente de Los Andes no lo quiere y eso pasa porque no sube la foto besando el escudo. Dentro del vestuario lo quieren todos, aporta ante cualquier problema y es un gran capitán”.
Inferiores y proyecto
En su estadía el ahora ex entrenador del Milrayitas intentó darle continuidad a algunos juveniles aunque en los encuentros decisivos apostó por refuerzos y gente de experiencia que se sumó en el último mercado de pases.
Para tal decisión, justificó: “Si me preguntan porque no pusimos a tantos jugadores juveniles la respuesta es simple: No estaban preparados. Vimos que no estaban para encarar cinco finales en las que nos jugábamos el ascenso y no los vamos a quemar”.
“Los Andes debe definir el modelo de club que quiere. En los últimos años donde nunca vendió un jugador y los chicos de inferiores no llegan capacitados a Primera. Uno entiende por lo que vivimos que la capacidad técnica es la que traen y que se les enseñó muy poco”, insistió.
Por último, evidenció su molestia ante determinadas críticas: “El problema del fútbol es que todos hablan y no siempre están capacitados. En el fútbol argentino, y no hablo de Los Andes, hay varios directivos que deciden según insultos en Facebook, Twitter e Instagram y los que cuestionan nunca patearon una pelota. La realidad es que el laburo no te garantiza siempre el éxito, a veces los resultados no se dan y en otras no haces nada, te pones un saco y salís campeón, porque eso es el fútbol”.