Vecinos autoconvocados del barrio Laprida de Lomas de Zamora se organizaron para reclamar por el inicio de obras que les permitan conectarse a la red clocal, una promesa que atraviesa a las sucesivas administraciones y que, al menos en su caso, sigue sin cumplir.
Desde este colectivo vecinal argumentan que el principal escollo para poder iniciar una iniciativa de esta envergadura era la falta de una planta de tratamientos de residuos cloacales, una obra de mayores dimensiones y que requiere una importante inversión en capital. “No se pueden transportar los detritus hasta la planta de Berazategui”, solían argumentar los funcionarios.
Sin embargo, ahora cuentan en las cercanías con la planta erigida en Fiorito, la más grande de la provincia de Buenos Aires, que está completamente terminada y lista para operar al total de su capacidad pero que, actualmente, trabaja sólo al ocho por ciento de su potencial operativo, simplemente, porque no tiene más afluentes que le suministren líquidos para su tratamiento.
Un reclamo sin respuestas
“La municipalidad nos dice que el manejo operativo y la decisión de tender cañerías para conducir líquidos cloacales de AySA. El municipio tiene al menos dos enlaces operativos con la empresa: la Dirección de Redes y la Secretaría de Obras Públicas a ambas les solicitamos, el lunes 12 de julio, una reunión con niveles gerenciales de Aysa y aún, estamos esperando respuesta”, cuenta Raúl Vallés, un bioquímico jubilado que es uno de los impulsores de la iniciativa de este grupo de vecinos que se comunican por whatsapp y que se reunen en la plaza Lagomarsino para informar de las gestiones y decidir los rumbos a seguir.
La planta de Fiorito se completó en 2017 con un gasto de 1200 millones de pesos, una cifra que multiplicó los 220 millones previstos en su inicio y permite brindar el servicio a 270.000 habitantes.
Parte del reclamo de los vecinos pasa por las constantes obras que AySa realiza en los centros de Lomas y Banfield aumentando el diámetro de las cañerías para responder a las demandas de los nuevos edificios cuya construcción es aprobada por el municipio sin tener en cuenta las consecuencias de la evacuación de las aguas servidas.
En ese sentido, consideran que desde el Ejecutivo comunal favorece el negocio inmobiliario en tanto que AySa usa los fondos públicos no para ampliar la red de cloacas hacia el oeste lomense sino para sostener la construcción de torres de en las zonas más favorecidas del distrito.
Al respecto, hacen notar que salvo alguna excepción en zonas cercanas a Fiorito, AySA ignoró la zona oeste lomense y que desoyó los pedidos del Deliberante para avanzar en la colocación de caños cloacales en el barrio, una iniciativa que fue oportunamente impulsada por la sociedad de fomento Sarmiento.
Mientras tanto, en la sesión del 14 de julio, el Concejo rechazó un proyecto de comunicación presentado por el edil de Cambiemos, Gustavo Ganchegui, en el que se solicitaba a AySA la incorporación del barrio Laprida en el plan de extensión de desagües cloacales y que fue rechazado por el cuerpo.
El reclamo barrial, que comenzó mediante una serie de encuentros informales de vecinos, ya cuenta con el apoyo de las de sociedades de fomento Sarmiento (Frías y Monteagudo), Lomas Oeste (Portela y Frías), Parque del Rey (Catamarca al 1000) y de la Comisión de enlace de veteranos de guerra lomense que se asienta en Frías y Garibaldi que coinciden en que la llegada de las cloacas impactarán de manera directa en su calidad de vida.