El Vaticano informó que el Papa Francisco autorizó el decreto por el cual se permitirá beatificar a Juan Pablo I tras el milagro de una niña argentina de diez años que padecía “encefalopatía inflamatoria aguda severa, enfermedad epiléptica refractaria maligna, shock séptico” una enfermedad que terminaría con su vida.
Este milagro tiene como protagonista a a Candela García una niña entrerriana que comenzó teniendo fuertes dolores de cabeza y a la que en Paraná, su ciudad natal, nadie podía diagnosticar ni tratar.
Su cuadro empeorño rápidamente y derivó en una internación en terapia intensiva, en coma y con respirador, tras la cual fue derivada a la Clínica Favaloro donde los especialistas concluyeron que padecía FIRES, un síndrome epiléptico por infección febril.
El 22 de julio de 2011 su madre, Roxana Sosa, fue anoticiada por los médicos quienes le indicaron que Candela moriría esa noche por lo cual se fue a la parroquia Nuestra Parroquia de la Rábida pidiendo ayuda al Padre José Dabusti, quién le rezó a Albino Luciani.
Días más tarde llegó. Candela comenzó a evolucionar de manera favorable hasta dejar el hospital. Hoy y con 21 años, ella es una chica saludable que estudia Seguridad e Higiene Animal y tiene su propio emprendimiento.
Tras el alta de la niña, Dabusti, mandó una a Francisco y desde ese momento el caso fue investigado por la Comisión Médica del Vaticano que dio un veredicto positivo. Aun así, la fecha de beatificación al Papa Juan Pablo no fue confirmada.
Albino Luciani nació en 1912 en Forno Di Canali, Italia. A los 12 años decidió ingresar a la iglesia y en 1937 fue ordenado sacerdote y comenzó su ascenso en la jerarquía eclesiástica: Obispo, Patriarca de Venecia, Cardenal. También integró el Concilio Vaticano II y tras la muerte de Paulo VI, Luciani asumió como Sumo Pontífice en 1978.
Apenas reinó 33 días tras los cuales fue encontrado muerto en su cama en septiembre de 1978. Un deceso temprano, sospechoso y fértil en teorías conspirativas. Hoy se cree que murió por un ataque al corazón.
La beatificación solo puede darse en fieles que hayan fallecido con fama de santidad, y que esta sea constante y difundida en diversos lugares. Un proceso de beatificación puede realizarse por dos vías: por causa de virtudes heroicas, si el fiel vivió las virtudes cristianas en grado heroico, o de martirio si el fiel sufrió martirio por su fe, con recorridos procesales distintos en ambos casos.
La declaración de beatificación se realiza normalmente durante la celebración eucarística. La beatificación, siendo un acto pontificio, será realizada por lo general por el prefecto de la Congregación para las causas de los santos, en nombre del Santo Padre.