El ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, admitió hoy que existen “tensiones y matices” al interior del oficialista Frente de Todos acerca de cómo valorar el acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la refinanciación de la deuda con ese organismo.
Los dichos del exintendente de San Martín llegan durante el silencio de la vicepresidente. Cristina Fernández de Kirchner, y del kirchnerismo más duro en torno al convenio alcanzado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, con las autoridades del FMI para la reestructuración de la deuda por 44.500 millones de dólares.
Katopodis aclaró que pese a haber “distintas miradas” en la coalición oficialista prevalece un criterio de unidad en la “direccionalidad del rumbo” y consideró que “el día que no estén esas diferencias y matices seguramente no haya más frente” y aseguró que las discrepancias internas son “una fortaleza” de la alianza oficialista.
Sin embargo, se mostró confiado en que finalmente la coalición terminará cerrando filas en apoyo al acuerdo con el organismo multilateral de crédito y subrayó que van a trabajar “para que toda la coalición pueda explicar lo que significa el acuerdo y dar una discusión más clara y articulada, vinculada con la militancia para dar los pasos que hay que dar como país”.
En este sentido, planteó que “al acuerdo ahora hay que ponerle política” para que “la gente vea que el Gobierno patea para su lado” porque, a su parecer, el Gobierno dio “un paso razonable” al cerrar el acuerdo con el FMI, y que el convenio “va a ser bueno si es bueno para la gente”.
En línea con el relato oficialista, Katopodis destacó que el acuerdo con el Fondo es compatible con la “reactivación” económica del país y puso de relieve que “todos los ministros tienen que hacer todo el esfuerzo en que esas mejoras se puedan palpar en la vida de cada familia”.
Las declaraciones de Katopodis llegan cuando algunos integrantes del Frente de Todos, como el director del Banco Nación Claudio Lozano, Amado Boudou, Fernanda Vallejos y Alicia Castro de la agrupación kirchnerista Soberanxs ya adelantaron su rechazo al acuerdo al considerar que se trata de una “cesión de soberanía” al FMI, además de un plan de ajuste gradual que deberá pagar el pueblo.