El mecanismo para la quita de subsidios a la luz y el gas aún no está resuelto, pero el incremento del costo de los servicios se avecina. También es probable un incremento en el costo del transporte público. Lo que sí ya es hoy una certeza es el aumento del servicio de agua y cloacas en el área metropolitana de Buenos Aires.
La empresa pública Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) prevé aplicar un incremento del 32 por ciento durante este año, aunque de manera escalonada. Según trascendió, en marzo el aumento será de 20 por ciento, en tanto que un 10 por ciento restante se aplicará a partir de julio. Como el último salto se aplicaría sobre el precio vigente en ese momento, el acumulado de esas subas llegará a la meta anual establecida.
De todos modos, la reglamentación vigente exige la modificación de la tarifa sea discutida en una audiencia pública en la que debe tomar intervención el Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS), que deberá elaborar un informe técnico previo al debate público.
Si bien el salto, de aprobarse, sería significativo. Está claro que la suba quedaría muy por debajo de la inflación estimada para el año en curso, que según consultoras privadas podría superar el 50 por ciento.
Por eso, AySA afirma que el incremento propuesto no alcanzará para cubrir el sostenimiento operativo, que es altamente dependiente del costo de la energía eléctrica, lo que hace presumir que pese a aplicar la suba el monto del subsidio aportado por el Estado lejos de disminuir, como prescribe el acuerdo en ciernes con el FMI, debería incrementarse.
“Si bien el incremento de la tarifa de agua fue muy fuerte en 2018, luego en relación a las tarifas de energías eléctricas, peajes y a las tarifas vinculadas a las empresas amigas de aquel entonces, las de agua quedaron muy retrasadas”, había señalado Malena Galmarini, presidente de AySA, a comienzos de 2020. Sin embargo, la pandemia que se desató semanas después mantuvo todas las tarifas congeladas.