La Policía Federal desarticuló, tras una investigación que se extendió por más de tres años, una banda de estafadores internacionales que operaba en varias provincias. La suma por las etafas realizadas a través de Internet asciende a 300 millones de pesos. Hubo allanamientos en la zona sur del Conurbano. Son 29 las personas detenidas. ¿Cómo era el modus operandi?
Agentes federales de la División Delitos Tecnológicos, de la Superintendencia de Investigaciones Federales, desarticularon una organización criminal internacional dedicada a cometer distintos tipos de estafas por internet por una suma de 300 millones de pesos, en la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Buenos Aires, Salta y Mendoza. Las investigaciones comenzaron a principios del año 2019.
Con las pruebas aportadas por los efectivos, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 5 a cargo de Manuel de Campos, Secretaría N° 116 a cargo de Tamara García, ordenó un total de 37 allanamientos. Algunos de los objetivos en la zona sur del Conurbano fueron en Juan Piñeiro al 100, Miguel Cané al 300 y Rivadavia al 2900 de Lanús; Marcos Sastre al 500 de Adrogué y Mazzini al 400 de Glew, partido de Almirante Brown. También hubo procedimientos en Ingeniero Budge de Lomas de Zamora, Avellaneda, Quilmes, González Catán y San Martín, precisaron fuentes oficiales.
Durante el procedimiento fueron detenidas de 29 personas, 18 mujeres y 11 hombres de distintas nacionalidades (argentina, venezolana, boliviana, haitiana, dominicana, entre otras). Además, secuestraron dos camionetas, 39.950 pesos, 1.630.000 dólares de origen apócrifo, 310 liras esterlinas, 110 euros, 100 rupias, 100.000 bolívares, 25 tarjetas de crédito y débito, siete computadoras, un CPU, un disco rígido, 69 teléfonos celulares y otros elementos de interés para la causa.
El modus operandi
La banda estaba compuesta por integrantes de distintos países dedicados a estafar a víctimas, utilizando para ello información personal y confidencial bajo diferentes modalidades, como la estafa del “soldado americano” o “diplomática”, que consiste en entablar relaciones amorosas a distancia haciéndose pasar por un soldado americano que pronto vendrá al país para vivir con su pareja.
Durante el ardid, envían un “regalo” a los perjudicados pero los mismos manifiestan que queda trabado en la aduana. Para ello necesitan una transferencia para lograr destrabarlo, interviniendo otro integrante de la banda que se hace pasar como diplomático.
Una vez acreditado el dinero por los damnificados, los estafadores lo transferían a sus cuentas, repartiéndose el botín o lo giraban al exterior mediante empresas de envío de dinero a más de treinta países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, México, Colombia, Venezuela, Ecuador, Brasil, Paraguay, Uruguay, España, Indonesia y Nigeria.