El lobo marino rescatado en el Riachuelo volvió al mar


El lobo marino macho juvenil de la especie de Dos Pelos Sudamericano finalmente pudo regresar al mar cuando tras atravesar una rehabilitación desde su rescate, fue liberado en las playas de San Clemente.

Tras haber sido rescatado de las aguas del Riachuelo, el lobo fue derivado por la Brigada de Control Ambiental a la Fundación Temaikén en Escobar.

“Lo recibimos en nuestro hospital, donde hicimos un chequeo médico veterinario y ​ trabajamos en su hidratación y alimentación, ya que el lobito presentaba un cuadro de debilidad y se encontraba bajo de peso. Tras asistirlo durante seis días y brindarle todo lo necesario para estabilizarlo, se coordinó junto con la Brigada de Control Ambiental su traslado a la Fundación Mundo Marino para que continuara allí su rehabilitación y se prepare para la reinserción en su hábitat natural”, explicó el responsable de Rescate y Rehabilitación de Fauna de Temaikén, Cristian Gillet.

Fue en las instalaciones de Mundo Marino en San Clemente donde completó su rehabilitación: “Su caso era de desnutrición moderada. Procedimos a ​ completar su estabilización con una fluidoterapia para hidratarlo, terapia térmica para darle confort, y a aislarlo preventivamente. Por suerte, comenzó muy rápido a comer solo”, afirmó el responsable de Mundo Marino. Sergio Rodríguez Heredia,

Por su parte, el director técnico de Mundo Marino, Juan Pablo Loureiro, explicó que los lobos suelen aparecer en cauces de agua dulce porque “eligen las aguas de la bahía Samborombón para alimentarse. En esa búsqueda incesante de comida por la bahía pueden introducirse por canales y terminar en ámbitos fluviales”.

Los lobos de dos pelos son una especie polígama que pare una cría al año, de la familia de los otáridos y se diferencian de las focas, por poseer pabellón auricular detrás de sus ojos y por utilizar sus aletas posteriores para la locomoción (las focas, en cambio, reptan con el vientre. Se alimentan de langostinos, camarones, calamares y peces.

Se los puede encontrar desde la Isla de Marco, en Uruguay, hasta la Isla Mayorca, en Perú y su nombre se debe a que poseen dos capas de pelo: una interna, impermeable que mantiene la piel seca, y otra externa, que cubre a la primera y otorga el color al animal. Mientras los machos alcanzan una longitud cercana a los dos metros y un peso de 150 kilogramos, las hembras llegan a medir 1,40 metros y pesar hasta 60 kilogramos.