$ 107.300: el costo de la canasta básica de un jubilado


La suba de alimentos, medicamento y los gastos de vivienda obligaron a recalcular el costo de la canasta básica de un jubilado que alcanzó a fines de junio a los 107.300 pesos o, dicho de otro modo, equivale a casi tres jubilaciones mínimas establecidas en $37.524, un valor al que se arriba tras aplicar al último valor de la canasta básica difundido a mediados de abril de este año por la Defensoría de la Tercera Edad porteña que era de $97.200, los índices de inflación correspondientes a mayo y junio que, según el INDEC fueron de 5,1 y 5,3 por ciento, respectivamente.

Según explicó el titular de la Defensoría, Eugenio Semino, con estos números y la aceleración de la suba de los precios de los alimentos y otros artículos de primera necesidad registrada desde principios de julio, la situación de los ingresos de los jubilados es “muy preocupante”.

Semino subrayó que a los incrementos del precio de los alimentos que se registran a diario hay que sumar los aumentos de bienes críticos dentro de la vida de un adulto mayor, como los medicamentos y otros productos de farmacia como pueden ser pañales, protectores para incontinencia urinaria no patológica, adhesivos para prótesis, entre otros.

En este sentido, ejemplificó que “un paquete de ocho unidades de protectores para incontinencia urinaria cuesta $440 y dura dos o tres días. En el mes significa un gasto de $4000″, y agregó: “Y tampoco tienen cobertura del PAMI”.

Semino puntualizó que ni siquiera la compra de barbijos es bonificada por la obra social de jubilados, “aun cuando desde una óptica puramente económica ese mayor gasto redundaría en un ahorro por la menor carga en las unidades de terapia intensiva”.

En el caso de los alimentos, el funcionario explicó que las cosas empeoran para el jubilado porque muchos de los productos de uso intensivo entre los adultos mayores, como los hipocalóricos e hiposódicos, están fuera de los programas de precios cuidados o máximos.

“Por caso, un yogur pequeño cuesta $50 y un envase de sal de bajo contenido sódico llega a los $600, que siempre es más barato que los $2000 que cuesta una caja de enalapril (antihipertensivo) o los 3000 0 4000 pesos que cuesta un blíster para un mes de medicación para la diabetes”, señaló.

El drama de la vivienda para los mayores

Dentro de la canasta básica de los jubilados, se estima que el rubro vivienda ocupa un tercio del total. “Aquí encontramos un abanico de situaciones posibles que arrancan por la del jubilado que gana la mínima y alquila una precaria habitación con baño compartido en una pensión y que llega a pagar $20.000 mensuales”, señaló Semino.

“Si el inmueble es propio, vemos que la suba de las expensas tiene una incidencia enorme en el presupuesto de un jubilado. Puede ser beneficiado por el subsidio a la luz y el gas, pero como muchos viven en edificios antiguos con servicios centralizados, los aumentos llegarán en las expensas ya que los consorcios están excluidos del subsidio”, consideró.

Y sobre todo esto ahora llega el bono especial de $134.000 otorgado a los porteros, que ya empieza a repercutir en las expensas consorciales.

A este panorama hay que agregar la aceleración inflacionaria de julio a la que los jubilados deberán enfrentar con ingresos retrasados pues recién en septiembre se producirá el ajuste en sus haberes.

Además, hay que adicionar el efecto de los incrementos de los servicios de electricidad y gas.

Semino recalcó que la inflación acumulada en lo que va del año alcanza el 36,2% frente al ajusto del 27% que sumaron los haberes previsionales lo que implica una pérdida de nueve puntos porcentuales.