Si bien las crisis no son ajenas a los últimos diciembres vividos en estas tierras, el factor Qatar 2022 pareciera invadir todos los espacios al punto tal que el fin de semana XXL -que se aproxima con cita con la Scaloneta incluida- parece opacar el hecho de que el jueves 8 es el día en el que la tradición manda armar en familia el árbol de Navidad.
Quienes deban salir de apuro a buscar un árbol de Navidad para cumplir el mandato familiar o el pedido de los hijos catecúmenos se encontrarán que la inflación no respeta liturgias ni sacras ceremonias.
El precio del árbol de Navidad
Mientras que para recibir a Papá Noel en 2021 hacía falta un desembolso de entre $4.000 a $14.000 y que con $6.000 te armabas un digno árbol de 1,20 metros con 40 piezas, para este año la Cámara Argentina del Juguete estima que “el aumento promedio será del 85 por ciento aproximadamente”.
Dos noticias que ayudan a superar este golpe: es un porcentaje 15 puntos menor que el incremento del costo de vida medido por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos y, la otra, que con algo menos de $5000 podés rebuscártela.
En ese sentido, los jugueteros precisan que un árbol canadiense de metro y medio con luces y bochitas cuesta alrededor de $12000 pero también hay versiones más económicas que rondan los $ 4900. Apenas un par de kilos de peceto que estarían mejor invertidos en el titilar de la luces del árbol de Navidad que en el rutinario e insípido vitel toné.
Por otra parte, jugueterías y casas de regalos y decoración ya no tienen la exclusividad de la comercialización y una navegación por las plataformas de comercio electrónico nos muestran una gama de precios que van desde los $5500 hasta los $81.000 que cuesta uno de más de dos metros de altura.
Decorar el árbol de Navidad
Claro que la decoración también tiene su costo como lo revela que los productos más pedidos son la guirnalda de alambre con 30 luces leds, la tira de guirnaldas con 100 luces leds multicolor y cortina led de 300 luces con USB y control de efectos.
También el trending nos muestra que el clásico árbol de Navidad ya no debe ser necesariamente verde y, tampoco, abeto.
Si bien aún verde, plateado y dorado llevan la delantera como protagonistas, también hay nuevas tendencias como árboles construídos a partir de elementos como libros, maderas, adornos personalizados, adquirir los productos en circuitos alternativos o de la economía popular, o abandonar el rincón navideño y decorar más espacios de la casa.
Algunas de las tendencias a nivel global que se observan para este año son los árboles blancos, los adornos personalizados (por ejemplo con nombres), los materiales y elementos naturales como flores o ratán, sumar luces originales y los árboles armados con libros, maderas y otras ideas creativas. También se impone decorar la casa y no sólo el árbol.
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Un árbol de Navidad seguro
Otro punto a tener en cuenta es no comprar las luces en puestos callejeros o no garanticen que estos productos tengan la certificación de que los acredite como eléctricamente seguros.
¿Por qué? No sólo hay una cuestión de durabilidad en juego sino que no sobrecalientan por el uso y si lo hicieran son ignífugos es decir que no serán el punto de inicio de un incendio. En la ciudad de Buenos Aires el 40 por ciento de estos siniestros tienen su origen en un incidente eléctrico.
Por la misma razón evitá usar triples y adaptadores pues están prohibidos en la Argentina y si vas a usar una zapatilla no la sobrecargues.
Tampoco uses luces o adornos con cables dañados o que estuvieron guardados por mucho tiempo y ya que hablamos de cables asegurate que no entorpezcan el paso.
Si vas a usarlas afuera fijate sean aptas para el uso en exteriores y que no les llegue humedad. Tampoco las dejes al alcance de los chicos o de las mascotas y no te olvides de desconectarlas cuando te vayas a dormir.
Los orígenes del árbol de Navidad
Como todo símbolo, la historia del árbol de Navidad hunde su raíces en el fondo de los tiempos y proviene del uso que se les daba para simbolizar los ciclos de la vida en culturas en apariencia tan disímiles como la egipcia, chinas y babilónica.
Muchas de estas costumbres fueron absorbidas por el judaísmo y el cristianismo como la celebración del solsticio cuando decoraban casas y templos con ramas y hojas de distintos árboles sagrados.
También se habla de un roble consagrado al trueno en el centro de Germania que fue fue talado por un obispo que, en cambio, plantó un abeto, al que llamó árbol de paz que señala al cielo y con hokjas siempre verdes que representan la vida eterna.
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La primera mención del árbol de Navidad tal como lo conocemos es de 1419 y aparece en unas instrucciones a los panaderos de Alsacia, también se habla de la una suerte de pirámide navideña, un armazón triangular de madera con estantes donde se colocaban figuras y que se decoraba con ramas de abetos y pinos, coronas de acebo, muérdago y una estrella.
Así las cosas, hubo que esperar hasta 1870 para que comiencen a llegar los adornos de vidrio soplado salidos de talleres de alemanes y bohemios.
En 1890, empezaron a comercializarse en Estados Unidos las primeras tiras de luces eléctricas y con ese milagro de iluminación los grandes almacenes neoyorquinos comenzaron a facturar millones de dólares con motivo de la Navidad: de una caja comprada bajo protesta con 144 adornos baratos pasó a vender quinientos millones de cositas en medio siglo.
La crisis del 30 trajo los árboles artificiales hechos de cerdas de cepillo y así, año a año, el árbol de Navidad fue cambiando y mutando pero lo importante, se supone, permanece inalterable; juntarnos con los que queremos.