No hubo tercer Oscar y Argentina, 1985 no logró el galardón que fue para la tercera remake de Sin novedad en el frente, el drama bélico del alemán Edward Berger basado en la novela de Erich Maria Remarque y que recrea a sus antecesoras de las décadas del 30 y del 80.
La delegación argentina encabezada por el director Santiago Mitre y los protagonistas Ricardo Darín y Peter Lanzani había afirmado que el premio era un “regalo” y que se quedaban con la satisfacción de haber puesto algo de luz sobre una la historia de la recuperación democrática.
El premio fue anunciado por Antonio Banderas y Salma Hayek, y fueron precisamente las declaraciones previas del actor malagueño las que habían alimentado las ilusiones del elenco argentino pues había manifestado su certeza de que habría Oscar para la película latinoamericana.
Sin embargo, no alcanzó y el premio fue para la producción alemana ambientada en la Gran Guerra , en una categoría en la que también participaron EO, del polaco Jerzy Skolimowski, Close, del belga Lukas Dhont, y el filme irlandés The Quiet Girl.
Sin novedad en el frente occidental
La película teutona que aspiraba a nueve galardones ya había cosechado el de Mejor fotografía y traía como antecedente su paso triunfal por los BAFTA, la entrega de premios más prestigioso del Reino Unido donde se consagró como mejor película del año, la categoría más importante, y también cosechó otros seis premios más como mejor película de habla no inglesa (le ganó a Argentina, 1985), mejor director (Edward Berger), mejor guion adaptado, mejor fotografía y mejor banda sonora original.
Sin novedad en el frente occidental retrata la vida de los soldados en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial, en una historia basada en el libro homónimo de Erich Maria Remarque, un veterano alemán de la contienda que asoló Europa entre 1914 y 1918.
El film se puede ver en Netflix y toma como punto de partida a Paul Baumer, interpretado por Felix Kammerer, un soldado de 17 años, envuelto en un patriotismo inocente y de fanfarrias, falsifica su documento para marchar al frente.
La épica de los uniformes y las marchas deja paso a la locura de la guerra donde la gloria y las banderas son relevadas por la muerte, el hambre y el frío, y las horas se cuentan por amigos muertos.