Hoy se cumplen tres años del inicio del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que comenzó a las 0 hora y que se preveía extender, en principio, hasta el siguiente 31 de marzo, con el objetivo de combatir la propagación del coronavirus en el país tal como anunció en la noche del 19 de marzo de el presidente Alberto Fernández.
Ese día, el Ministerio de Salud difundió que, desde el registro del primer caso positivo de coronavirus, el 3 de marzo, se habían sumado 97 infectados en 11 provincias y tres fallecidos. Cuando la preocupación ministerial era el dengue.
“Nadie podrá moverse de su residencia”, dispuso el mandatario, que acababa de mantener una reunión en la Quinta de Olivos con gobernadores, ministros y funcionarios, con quienes acordó el decreto 297/2020 que oficializó el inicio de la cuarentena.
Fue así que acompañado en el escenario por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y por los gobernadores de las provincias de Buenos Aires, Axel Kicillof; de Santa Fe, Omar Perotti; y de Jujuy, Gerardo Morales, exhortó: “Vamos a ser muy severos con quienes nos respeten el aislamiento. Los que no puedan justificar por qué están en la calle, tendrán sanciones que dispone el Código Penal y vamos a ser inflexibles”.
A partir de ese día comenzó la llamada “nueva normalidad” y aparecieron nuevas palabras en la vida cotidiana: barbijo, distanciamiento social, curva de contagios, aumento exponencial, primera ola, terapia intensiva, respiradores, PCR, testeo.
La actividad económica se paralizó, las clases se suspendieron, las reuniones sociales se prohibieron, y hubo que quedarse en casa, salvo que seas esencial o tuvieras pase.
También llegaron las fotos del cumpleaños de Olivos, el vacunatorio VIP y cientos de abusos institucionales y policiales amparados por administraciones que descubrieron el terrorismo sanitario.
La cuarentena sin fin en la Argentina
El aislamiento se extendió del 31 de marzo de 2020, al 10 de abril y, luego, hasta el 26 y así cada dos semanas se estiraba un poco más.
El 24 de junio, 19 provincias establecieron el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO), que habilitaba el regreso de algunas actividades bajo protocolos, una modalidad que ni la provincia ni la ciudad de Buenos Aires tuvieron sino hasta el 11 de noviembre, cuando a nueve meses del comienzo del aislamiento se pudo volver a circular dentro de la ciudad donde residían.
La llegada negligente y demorada de las vacunas relatadas con épica mundialista permitieron que en 2021, distritos como la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Santa Fe, Santiago del Estero y Jujuy volvieran a clases, los niños bonaerenses tuvieron que esperar muchas semanas más en sus burbujas..
En mayo de 2021 comenzó la segunda ola de contagios y ante el peligro de colapso en el sistema sanitario por el vertiginoso aumento de los casos positivos, se estableció una nueva cuarentena estricta de nueve días.
Esa fue la última de ese tipo que vivió el país.
En el primer año de la pandemia, se registraron 2,1 millones de infectados y 52.000 muertos por coronavirus; en el segundo año, 9 millones de contagios y 127.000 víctimas fatales, mientras que en este tercer aniversario, los casos acumulados superan los 10 millones y los fallecidos son poco más de 130.400.