Este 1° de Mayo se conmemora el Día Internacional del Trabajador, en recuerdo de la sangrienta represión que sufrieron obreros de la ciudad de Chicago durante varios días de abril y mayo de 1886. Un nuevo año para reivindicar la lucha de los compañeros trabajadores que dieron su vida en procura de mejoras en las condiciones laborales, que hoy parecieran normales, pero que aún cuesta mantener.
Nuestro país transita una época muy especial con la profundización de una crisis que se agravó con la vuelta al FMI, la pandemia y la guerra en Europa Central, para disparar un proceso inflacionario que socava el ingreso de los argentinos.
Y si todo esto fuera poco, estamos saliendo de una sequía que golpea a gran parte de la economía del país, con especial centro en la situación fiscal.
En estas condiciones los asalariados formales ven como sus ingresos siempre quedan detrás de la inflación; mientras que los trabajadores informales o cuentapropistas ven caer su poder adquisitivo de manera constante y sin posibilidad de recuperación. La complicada situación acarrea innumerables inconvenientes en las familias, que compromete la comida y los medicamentos por mencionar algunas de las necesidades básicas a satisfacer.
Fechas como está también nos tienen que servir para estar atentos, en las crisis no solo se ajusta por el salario, también por las condiciones de trabajo para retroceder en derechos laborales históricos.
Las continuas crisis que atravesamos deben ser un aprendizaje para que los movimientos políticos y sindicales no bajen sus banderas y sepan defender la noble causa de los derechos laborales, para que la justicia social sea una realidad más concreta.
Cómo decía Perón nadie se realiza en una sociedad que no se realiza. Y no se trata tan solo de comer, sino que el ser humano social para ser tal, debe tener acceso a la salud, la cultura, la vestimenta y el descanso.
Se ha escrito y legislado mucho a nivel local y mundial, a nadie escapa que los trabajadores son parte esencial de la vida en comunidad y que el trabajo es de las principales formas para que se ejercite la libertad.
Claramente el salario digno está directamente relacionado con el Derecho al Trabajo, que se armoniza con otros Derechos Humanos para conformar una vida digna, aspiración de una comunidad que se pretenda desarrollada.