Tras dos semanas de pulseadas, roscas y misterios, el presidente electo Javier Milei decidió que quien fuera candidato a gobernador de La Rioja por La Libertad Avanza en las elecciones 2023, Martín Menem, sea su elegido presidir la Cámara de Diputados de la Nación.
De este modo, cayeron dos números puestos para ocupar el cuarto lugar en la sucesión presidencial: Cristian Ritondo del Pro, impulsado por Mauricio Macri en el marco del nunca explicitado pacto de Acassuso entre las fuerzas neoconservadoras; y Florencio Randazzo que llegaba con el aval silencioso del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.
Más lejos, apellidos como Zago, Pichetto y Monzó quedaron en el camino sin haber logrado un nivel significativo de adhesiones.
De este modo, y en un guiño a su propia tropa, Milei se inclinó por Martín Menem, un dirigente de su propio riñon y de prosapia política pues es hijo del exsenador nacional Eduardo Menem, sobrino del expresidente Carlos Saúl Menem, y hermano de Adrián Menem que supo ser diputado a principios de siglo.
Con un apellido al que Milei admira, Martín Menem trabajó en el sector privado como empresario, y en 2021 ingresó en las filas libertarias desde donde se postulo en 2023 como candidato a gobernador de La Rioja y quedó en el tercer lugar con el 15,56%, lejos del 31,89% de Juntos por el Cambio y lejísimos del 50,63% de Unión por la Patria.
Según explican en el entorno de Milei, Martín Menem tiene buena relación con el PRO partido que lo tuvo en carpeta para ofrecerle una candidatura en La Rioja, tiene un apellido que lo vincula al peronismo y, además,el aprecio personal del presidente electo.
De este modo, Milei muestra autonomía política frente a la influencia de Macri en el armado de su gabinete donde hay funcionarios amarillos como Luis Caputo en Economía y Patricia Bullrich en Seguridad.
Ahora, toca saber si además de su apellido, Martín Menem heredó la capacidad de construir mayorías que tuvo la generación anterior: esa cuyos padres nacieron en Yabrud y vivió en Anillaco.