El diputado nacional electo y jefe del Peronismo Republicano, Miguel Ángel Pichetto, presidiría un nuevo bloque en la Cámara de Diputados que se denominaría Cambio Federal, y que tendría como principales figuras al ex titular de la Cámara baja, Emilio Monzó, a la líder del GEN, Margarita Stolbizer, al referente de Republicanos Unidos, Ricardo López Murphy y al ex presidente del bloque del PRO Nicolás Massot.
También integraría esta bancada Francisco Morchio, que responde al gobernador electo por Entre Ríos Rogelio Frigerio, y Jorge Ávila, ligado al mandatario electo por Chubut, Ignacio Torres.
A su vez, junto a Pichetto arribaría la misionera Paula Klipauka, y el larretista cordobés Oscar Agost Carreño.
Con este bloque de al menos nueve legisladores, que todavía puede ampliarse, la flamante fuerza política de Pichetto y Monzó tendría fortaleza para reclamar lugares en las comisiones, cuya integración se define de acuerdo al sistema D’Hont.
Monzó y Stolbizer integraban hasta ahora el bloque Encuentro Federal, que formaba parte de Juntos por el Cambio. En esta nueva versión se ampliaría y rebautizaría como Cambio Federal.
La idea de este sector es trabajar de forma coordinada con el radicalismo, la Coalición Cívica y el sector moderado del PRO, en el marco de un nuevo polo de oposición racional y responsable al Gobierno de La Libertad Avanza.
El PRO no se rompe en Diputados
Por su parte, y uego de un cónclave a puertas cerradas entre los diputados con mandato por dos años más y los legisladores electos el 22 de octubre pasado, se resolvió la continuidad del bloque Frente PRO que tendrá cerca de 40 diputados nacionales y seguirá siendo presidido por Cristian Ritondo.
Tras la reunión, que se desarrolló en las oficinas que tiene el PRO en el quinto piso del edificio anexo de la Cámara baja, el bonaerense tomó contacto con la prensa y desmintió los rumores sobre una posible ruptura del bloque, en medio de las tensiones internas por el posicionamiento del partido amarillo respecto de la gestión entrante de La Libertad Avanza.
“Nunca se pudrió nada. Tuvimos diálogo de cómo es esta etapa que viene entendiendo cuál es el rol que nos toca en el Congreso que es colaborar con un Gobierno que recién asume y que tiene debilidad en el Congreso por la cantidad de diputados que tiene”, resumió Ritondo.
A su criterio, “la Argentina eligió un cambio”, y el rol del PRO será “darle las herramientas al Gobierno para el cambio” y subrayó la obligación de “acompañar a nuestros gobernadores que son diez”.
Sobre el proyecto de ley “ómnibus” de reformas del Estado, Ritondo dijo que aún no pudieron ver el boceto y que por ende no pueden adelantar una posición, pero reafirmó la vocación por “ayudar al cambio”.
“Tenemos responsabilidad institucional y ese es el papel que nosotros tenemos que cumplir”, indicó.
Ritondo evitó pronunciarse acerca de la continuidad del interbloque con la UCR y la Coalición Cívica que estuvo vigente durante los últimos ocho años.
“La CC planteó una voluntad y seguramente vamos a hablar por la cantidad de años que tenemos trabajando en conjunto”, deslizó.
De acuerdo a los cálculos provisorios, el PRO perdería a un puñado de legisladores como el bonaerense Nicolás Massot, el entrerriano Francisco Morchio, que responde al gobernador electo Rogelio Frigerio, y el chubutense Jorge Loma Ávila, ligado al mandatario electo por Chubut, Ignacio Torres.
Si bien el Frente PRO sostiene de momento la unidad, se trata de un corset que no logra disimular del todo las fisuras internas entre tres grupos con diferencias nítidas: el bullrichismo que tiene a cerca de diez legisladores, el macrismo que tiene a Ritondo como referente y voz cantante, y el larretismo que sumaría a figuras como María Eugenia Vidal.