Un matrimonio y su hijo fueron sorprendidos durante la madrugada mientras dormían en su casa de San Vicente por una banda compuesta por cuatro personas de las cuales tres ingresaron a la propiedad de Bolívar al 900 casi en su esquina con Manuel Ugarte.
Los intrusos sorprendieron a las víctimas durmiendo en sus cuartos y, en principio, se identificaron como policías hasta que inmediatamente los amenazaron con armas de fuego y los sacaron de las camas en una noche de pesadilla especialmente para el dueño de la casa quien intentó resistir y fue golpeado por dos de los ladrones.
El robo no se dio gracias a una ventana oportuna, sino que para ingresar debieron violentar una reja del lavadero de la vivienda a los que intentaron cortar durante media hora con una cizalla hasta que, finalmente, los doblaron con un criquet.
Con la situación controlada, los ladrones llevaron a las víctimas al living donde,entre amenazas de muerte, los obligaron a agachar la cabeza y permanecer en silencio hasta que los tiraron al suelo para atarlos con cordones de zapatillas y cables.
Posteriormente, el matrimonio víctima comento que los malvivientes trajeron herramientas que dejaron en el parque, junto con una mochila donde hallaron precintos plásticos para inmovilizar a sus víctimas.
Si bien los ladrones usaron guantes y viseras, no se cubrieron el rostro a pesar de que las cámaras de videovigilancia son muy visibles, incluso, las de la fachada y el techo de la casa.
Luego de exigir dinero y recorrer todas las habitaciones y ambientes de la casa, en particular el del hijo de la pareja, algo despertó el alerta de los ladrones que huyeron de forma imprevista cuando el reloj marcaba poco más de las tres de la madrugada.
Cada uno de los intrusos abandonó el hogar por diferentes lugares aunque ninguno lo hizo por la puerta principal, incluso uno de ellos escapó por una casa vecina.
Las víctimas aseuraron que el personal policial respondió al llamado del 911, y que al recorrer la zona en busca de indicios encontró una pistola con la numeración e identificación grabada de la Policía Federal.
Ahora toca determinar si el arma pertenecía a los ladrones o apareció por otro motivo.