Tras la publicación de una recompensa por cinco millones de pesos por datos sobre su paradero, la policía detuvo a Claudio Iván Díaz acusado de intento de femicidio contra quien era su pareja en ese momento, Claudia Ricciardelli de quien la justicia sostiene que se suicidó.
La imputación por el delito de “homicidio en grado de tentativa, agravado por el vínculo y por violencia de género”, llegó por una paliza que Díaz le dio a la mujer joven días antes de su muerte, y que terminó con ella en el hospital.
El prófugo fue capturado este lunes, en Virrey del Pino, partido de La Matanza, donde Claudio Iván Díaz, de 31 años, usaba un DNI a nombre de su hermano, Jonathan Martín Díaz. Sin embargo, cayó gracias a un descuido al realizar una compra por Mercado Pago que delató su ubicación.
¿Suicidio u homicidio?
Carla Riciardelli apareció muerta el 6 de diciembre de 2021 en una casa de Fader al 2600 donde según el dueño de la propiedad casa y una supuesta amiga había estado con ellos consumiendo drogas y alcohol. A la mañana siguiente, la habían encontrado con una funda de almohada alrededor del cuello, colgando de la baranda de una escalera.
Sin embargo, dos días antes de que su hija apareciera muerta, la madre de la víctima se había presentado espontáneamente en la Comisaría de la Mujer de Lomas de Zamora para denunciar a Claudio Díaz por violencia pues la encontró llena de hematomas y la hija tenía.
Según la madre la causa presenta inconsistencias y el suicidio no es creíble por lo que pide que se investigue a fondo la causa radicada en la Unidad Funcional de Instrucción 9 de Lomas de Zamora, especializada en delitos sexuales, a cargo del fiscal Sebastián Bisquert.
En declaraciones periodísticas Gregoria se mostró conforme con la detención de Díaz pero se quejó de la demora en los trámites procesales como y resultado de la autopsia para saber el horario y la mecánica de la muerte.
“Todo lo van haciendo por pedazos. Cuando pido explicaciones, la fiscalía me responde que no tienen plata, siempre tienen una excusa para no trabajar. Mientras, a mi hija la tengo en el cementerio de Lomas y no la puedo sacar porque está judicializada. Yo la quiero cremar para arrojar sus cenizas en Mar del Plata y así llevarla junto a su papá, que murió hace diez años”, se indigna desolada la madre
Carla era empleada de delivery de un bar de Las Lomitas, y el 16 de noviembre hubiera cumplido 26 años.
Si bien en los primeros momentos de la investigación apuntaban al suicidio, ganó fuerza la hipótesis del femicidio, sobre todo por la denuncia de violencia de género que su madre de la joven había presentado contra la pareja de su hija días antes de que la encontraran muerta.
En este sentido, en septiembre de 2022 el Ministerio de Seguridad bonaerense hizo pública una recompensa de hasta cinco millones de pesos para quien pudiera aportar datos para localizar y detener a Claudio Díaz quien, por ahora está acusado del delito previo a la muerte de Carla: la paliza que le dio a la chica, que terminó en el hospital.
La madre, el motor de la causa
“Nosotros sabíamos que Díaz iba a la casa de su madre, en Monte Grande, una vez por semana, entre las 19.30 y las 20. Se quedaba un rato y se iba. Pero cada vez que iba a la fiscalía a decir esto por poco me pedían que fuera yo la que lo arrestara y se los llevara”, revela Gregoria.
Antes de que la Justicia ordenara su captura, Díaz declaró que el día en que encontraron a su pareja muerta él estaba visitando al padre y a su hermano, presos en un penal bonaerense.
“Los vecinos de Monte Grande le tienen terror a los Díaz. Nunca me imaginé que Carla podía estar involucrada con una familia de delincuentes porque nosotros somos gente de trabajo, tuvimos un kiosco veinte años en el centro de Lomas de Zamora, nos conoce todo el mundo. Yo estoy en el grupo Atravesados por el femicidio, porque de otra manera no podría sostener la causa. En su momento, una abogada me pidió un millón de pesos, no puedo ni pensar lo que me cobraría ahora. Los asesinos como Díaz contratan un abogado que los defienda, pero las madres que perdimos a nuestras hijas no tenemos ese dinero, vivimos una injusticia”, se lamentó.