Tras el retiro del histórico goleador correntino José Pepe Sand, el volante surgido de las inferiores del Granante, Lautaro Acosta, es el último sobreviviente de la época dorada del club de Cabrero y Guidi, y adelantó que este certamen podría ser el último que lo tenga en el campo como jugador profesional.
“Sé que estoy en el final e intento ir haciéndome la idea de que va a pasar eso. El retiro sé que es algo difícil, juego al fútbol desde los tres años y no poder hacerlo más por una lesión es duro, pero me voy haciendo la cabeza. Lo voy sintiendo como algo más palpable. No va a ser ya, pero tengo que ver cómo me siento, esta pretemporada es importante para mi”, sorprendió el Laucha en declaraciones a un medio partidario.
El nacido en Glew, partido de Almirante Brown, describió con crudeza sus problemas físicos: “Se me despertó el dolor a los 32, casi 33 años, en pandemia. Fue progresivo, el dolor empezó de a poco y con los años se fue acentuando un poco más, hasta las últimas semanas de esta temporada que ya empecé a sentir algo. Los doctores me dijeron que son cosas que se despiertan, que antes no dolían y ahora empiezan a doler más y hay que convivir con esto. Después está el tema de cómo quedas para la vida: no quedar tan rengo y no necesitar ya el reemplazo de rodilla, que no sea mañana”, explicó.
“Me merezco estar más tranquilo, estar en un lugar donde dejé todo, donde se me devuelve un poco de ese cariño. No me voy a ir a ningún lado, ahora vamos a resolver esta situación -por la del promedio- y quién te dice, pegar un título y chau, retirarme en estos últimos meses o año de la mejor manera”, subrayó el volante que integró cinco de los seis planteles campeones del Granate
Tras empezar en Defensores de Glew, Lautaro Acosta jugó en Lanús, Sevilla, Racing de Santander y Boca Juniors. En el club del sur del Gran Buenos Aires, donde ya tiene una estatua, jugó 388 partidos, convirtió 58 goles y puso 58 asistencias.