El incremento geométrico de la demanda de repelentes a causa de la epidemia de dengue tuvo como consecuencia la gran dificultad de encontrarlos en los supermercados y farmacias más allá de que sus precios escalaron hasta tornarse prohibitivos para gran parte de la población.
En esa línea, la provincia de Buenos Aires y la ciudad de La Plata pusieron a los laboratorios públicos a producir un repelente para repartirlo en los barrios y municipios bonaerenses.
Este repelente fue presentado en las redes del ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, quien prefirió plantar un mensaje crítico a la lógica de mercado antes que dar detalles de la iniciativa.
“Ante la fuerte presencia de diferentes tipos de mosquitos en los laboratorios públicos de PBA y de La Plata producimos repelente. El mercado desregulado puso precios prohibitivos para muchos y el Estado está para garantizar acceso, igualdad y equidad“, señaló Kreplak.
Según la presentación de Kreplak, el fluido viene en un envase en spray de 300 mililitros y cuenta con una concentración de Dietilmetatoluamida (DEET) del 25 por ciento lo que lo cataloga como de extra duración.
En tanto que el repelente que fabrica la ciudad de La Plata también está producido en formato spray, pero con un envase de 125 mililitros y apenas un 15 por ciento de DEET.