Las ventas minoristas continúan bajando mes a mes, el consumo sigue cayendo y las persianas comienzan a bajarse. En la galería de Coto, en Temperley, la situación es alarmante, la mayoría de los comercios cerró sus puertas y los locales esperan la llegada de nuevas marcas.
Una librería, un local dedicado a la venta de calzado deportivo y urbano y un kiosco, son algunos de los escasos locales que quedan en pie en el centro comercial de Temperley. Las vidrieras lucen tapadas con promesas de nuevas llegadas pero uno de ellos deja ver la realidad: “Liquidación total” por cierre.
Este cartel comienza a verse con más frecuencia en las zonas comerciales de Lomas de Zamora y la zona sur del Conurbano en general. La caída en las ventas, el aumento de los servicios y la renovación de alquileres se convierten en un combo letal.
“Lo que está sucediendo es que los locales que se alquilaron después de la pandemia comienzan a tener que renovar los alquileres”, explicaron desde la Cámara de Comercio e Industria de Lomas de Zamora. Y la realidad es que los valores aumentaron por encima del 200% en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
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Para afrontar los gastos que implica mantener un local abierto, las ventas deben subir considerablemente pero de hecho van en dirección contraria. Históricamente, la expectativa está depositada en las fechas especiales pero la tendencia actual tampoco es alentadora. Un 10,2 por ciento cayeron las ventas para el Día del Padre, a pesar de las promociones.