Los pediatras contra la política social de Javier Milei

Exigen el acceso de , niños y adolescentes a una alimentación básica, y denuncian que se multiplican para cubrir guardias y consultorios por la falta de profesionales y residentes.

Los 400 afiliados que integran la Sociedad Argentina de Pediatría denunciaron que el Gobierno de Javier Milei porque “impide el acceso de miles de niñas, niños y adolescentes a una alimentación básica imprescindible para su normal crecimiento y desarrollo” y exigieron “la urgente reflexión de las autoridades para que cese de manera inmediata la decisión de desfinanciar los programas de seguridad alimentaria, respetando las leyes vigentes”.

En ese sentido, recordaron el estudio del Observatorio de la Deuda Social de la UCA según el cual el 11 por ciento de los niños y adolescentes del país va a comedores comunitarios.

Los pediatras pusieron de relieve que hay 40 médicos cada 10 mil habitantes, pero en las provincias el déficit se multiplica al tiempo que si bien egresan cuatro mil médicos al año, faltan pediatras, clínicos, ginecólogos, y en terapia intensiva infantil, neonatología.

La pediatría atraviesa la mayor crisis estructural como especialidad, y la padecen precisamente los niños que necesitan atención en las guardias y consultorios de hospitales y muchas veces se tienen que ir ante esperas infructuosas.

En las guardias de los hospitales, tanto de adultos como pediátricas, así como en las demoras de la agenda de los especialistas frente al aumento de demanda por la migración al sistema público de afiliados al servicio de medicina prepaga que no pudieron seguir pagando o de aquellos que perdieron la obra social por cambios en su trabajo, las dificultades de atención van in crescendo.

Esta situación afecta también a las clínicas privadas, que atienden tanto prepagas y sindicales como IOMA y PAMI mientras que conseguir turnos con pediatras en hospitales públicos y privados forma parte de los problemas cotidianos en los centros de salud y refleja una muestra de la gravedad del sistema de salud el que cada vez sea menor el interés de los egresados de medicina a hacer las residencias en la especialidad.

La escasez de pediatras tiene su epicentro en Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe, que había declarado la emergencia, a lo que tampoco la cartera nacional de Salud tomó cartas en el asunto.

En provincias como Río Negro, se tuvo que apelar a profesionales jubilados para cubrir, aunque más no sea, consultorios externos y guardias de 24 horas en el hospital, como sucede en Cipolletti.

“Es sabido que desde hace tiempo sus familias no pueden ser su núcleo de comensalidad en el hogar y que miles de organizaciones sociales, ecuménicas, de apoyo escolar, entre otras, han desarrollado comedores y merenderos que los asisten ante la carencia”, alertaron los pediatras que firmaron el comunicado.

Y agregaron: “La decisión tomada por el Poder Ejecutivo Nacional, encabezado por el presidente Javier Milei, de modificar la estrategia de sostén nutricional que desarrollaba el Ministerio de Capital Humano sin reemplazarla por otra que garantice la continuidad de la alimentación de las niñeces y sus familias, atenta contra su vida presente y futura”.

Los médicos señalaron que son “corresponsables” de “velar” por los derechos de los niños y “propiciar su restitución, en caso de que sean vulnerados”.

Los pediatras concluyeron: “Los indicadores socioeconómicos del Indec, de alcance público, muestran la progresiva y profunda inequidad en la distribución de los recursos en Argentina, que pone en riesgo toda la vida social, incluso el acceso a los alimentos básicos. Las consecuencias están siendo graves en los sectores de menores recursos”.

En tanto sigue latente el déficit en la atención de pacientes en tiempo y forma sin que las residencias en la especialidad contribuyan a paliar: este año sólo se cubrieron 7 de cada 10 vacantes.

El examen de ingreso para las residencias en medicina, bioquímica y enfermería que se realizó en 27 sedes en distintas jurisdicciones, puso de manifiesto el magro interés que despiertan, en general, ya que hubo 8200 postulantes habilitados para 5216 vacantes.

En pediatría, en 2022 hubo 540 vacantes y se postularon sólo 400 médicos. Este año, la convocatoria cerró en rojo: 394 aspirantes para 525 vacantes.

Se la caracteriza como una espacialidad puramente clínica, muy exigente y muy mal remunerada en comparación con otras.

Además, cada año apenas terminan la carrera mucho menos del 10 por ciento de los alumnos que la empiezan pues ingresan unos 10 mil y se reciben 600, de los que “es muy probable que un porcentaje importante no se presente a su residencia, ya que seguramente adjudicó en otro sistema”, se lamentan.

El desequiibrio se traslada a la formación de planteles de especialistas y SAP lo explica en que para llegar a ser médico de planta una persona tiene que estar 12 años formándose, cuando en Estados Unidos, por ejemplo, la carrera dura cuatro años

“No hay mucha gente que esté dispuesta a estudiar ese tiempo para poder tener recién a los 30 años algo de plata”, esgrimen.

En los hospitales públicos es, principalmente, donde no se llegan a cubrir las vacantes de residencia y las especialidades más afectadas son pediatría y clínica, claves en el funcionamiento de cualquier institución de salud. Se encargan de atender el 90 por ciento de las consultas.

Si se exponen los problemas que ahuyentan a futuros pediatras para formarse sobresalen: “mucho trabajo, poca plata”, como resumen en SAP a la combinación de las malas condiciones de trabajo, la inestabilidad laboral, los bajos salarios con diferencias interjurisdiccionales, y hasta situaciones de violencia. .

La entidad viene expresando su preocupación por la falta de adjudicación de vacantes en las residencias de Clínica Pediátrica, Neonatología y Terapia Intensiva Pediátrica en todo el país y aboga por un sistema de residencias médicas bien remuneradas y seguras para garantizar una formación adecuada y una atención de calidad para los niños y adolescentes.

Puntualmente rechaza que se deje de exceptuar a las guardias y extras para el cálculo del impuesto a las ganancias.