Recrudece la interna entre el Presidente y la Villarruel, ahora por el acuerdo con Reino Unido sobre Malvinas


Villarruel - Milei

Una fuerte confrontación interna se desató en el Gobierno tras las declaraciones de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien cuestionó duramente el reciente acuerdo firmado entre Argentina y el Reino Unido para reabrir el diálogo sobre las Islas Malvinas. Villarruel criticó el acuerdo por considerarlo perjudicial para los intereses nacionales y por “cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio”.

El martes pasado, la canciller Diana Mondino suscribió el acuerdo con su par británico, David Lammy, en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. El Gobierno presentó la medida como un “avance diplomático”, destacando la reapertura de canales de diálogo y la implementación de un vuelo regular desde Brasil a las islas, con una escala mensual en Córdoba.

Villarruel, sin embargo, no tardó en hacer público su desacuerdo, subrayando las diferencias internas que atraviesa el espacio libertario respecto al conflicto de Malvinas. “Todos saben lo que representa Malvinas para mí y que ese es mi límite”, afirmó la vicepresidenta. A través de sus redes sociales, calificó la propuesta de acuerdo como “contraria a los intereses de nuestra Nación”, asegurando que en la práctica, beneficia más al Reino Unido que a Argentina.

Las críticas de Villarruel

Uno de los puntos más controvertidos para Villarruel es el restablecimiento del vuelo regular entre San Pablo (Brasil) y las Islas Malvinas, que incluye una escala en Córdoba. Este vuelo había sido suspendido durante el gobierno de Alberto Fernández como parte de su política de endurecimiento del reclamo de soberanía sobre el archipiélago. La vicepresidenta considera que permitir esta conexión aérea “otorga apoyo logístico a la ocupación” y representa una concesión innecesaria a la potencia extranjera.

Villarruel también expresó su preocupación por las implicancias económicas del acuerdo. Según ella, este permitiría al Reino Unido continuar con la explotación de los recursos naturales en el Atlántico Sur, mientras que a Argentina solo le otorgaría beneficios mínimos en el ámbito turístico. “Ellos obtienen ventajas materiales, concretas e inmediatas, mientras que a nosotros nos ofrecen migajas como consuelo emotivo y debilitan nuestra posibilidad de negociación”, sentenció.

El tono de las declaraciones dejó en claro que la relación con el Reino Unido es una cuestión sensible para la vicepresidenta, quien sostuvo que el acuerdo “entrega apoyo logístico continental a la ocupación” británica en las islas y permite que continúe la depredación de los mares argentinos. “¿Para qué? ¿Para ir a visitar nuestras islas con visa y pasaporte? ¿Nos toman por tontos?”, cuestionó con dureza.

Diferencias dentro del oficialismo

Las críticas de Villarruel no solo marcaron una distancia con la canciller Mondino, sino que también expusieron una grieta más profunda dentro del Gobierno respecto a la política exterior sobre Malvinas. Mientras que la firma del acuerdo fue celebrada por el oficialismo como un paso importante para reactivar las negociaciones diplomáticas con el Reino Unido, las declaraciones de la vicepresidenta evidenciaron que no todos en el espacio libertario comparten esa visión.

El acuerdo también generó reacciones en otros sectores políticos, donde varios dirigentes opositores ya han comenzado a cuestionar la estrategia del Gobierno en torno al conflicto de Malvinas. Las críticas se centraron en el hecho de que el Reino Unido obtendría ventajas económicas y logísticas, mientras que Argentina, en opinión de Villarruel, “debilita su posición negociadora”.

En contraste, desde la Cancillería sostuvieron que el diálogo abierto con el Reino Unido es fundamental para avanzar en una solución pacífica al conflicto, reafirmando que el vuelo regular entre San Pablo y las islas representa una oportunidad para aumentar la presencia argentina en el archipiélago y fortalecer los vínculos con la comunidad local.