A días de que la Cámara de Casación penal fije la fecha para decidir sobre la condena de la ex presidente Cristina Kirchner en la causa Vialidad, la ex mandataria decidió tirar de justicialismo para fortalecer su posición política y anunció que aceptará la convocatoria para presidir el Partido Justicialista a nivel nacional.
La exvicepresidente de Alberto Fernández indicó que acepta la convocatoria con el objetivo “debatir en unidad”, aunque aclaró que esa confluencia necesita “dirección y proyecto para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría de sus habitantes”.
La ex mandataria se pronunció a través de un comunicado publicado en sus redes sociales, donde sostuvo que, si bien milita en el peronismo desde muy joven, “nunca” vio, en la Argentina contemporánea y democrática, que el “país en general y el peronismo en particular vivieran un momento como el actual”.
Sobre el mandatario Javier Milei, sostuvo que “aquel presidente que, en febrero de este año, definimos como un ´showman economista en la Rosada´ y que, aferrado a la teoría del ajuste permanente convocaba a las audiencias televisivas prometiendo la dolarización ´porque el peso es un excremento´ y repetía que el ajuste sólo lo iba a pagar ´La Casta´; ha devenido en un espectáculo de mala calidad”.
“El actor principal no sólo vocifera e insulta desde el escenario en forma cada vez más agresiva, violenta y soez a todo aquel que exprese una opinión diferente a la suya, sino que, además, avanza a hachazos sobre jubilados, universidades y hasta hospitales de salud mental”, añadió. Y sostuvo que “la figura del Presidente de la Nación gritando y agraviando a diestra y siniestra, ha comenzado a generar un clima de violencia generalizada que atraviesa todas las capas de la comunidad”.
“Todo ello con un telón de fondo donde el feroz programa de ajuste desestabiliza a una sociedad que sigue siendo golpeada con tarifas impagables y salarios que no alcanzan; mientras el Presidente, desde un mundo paralelo que solo existe en su imaginación, afirma que los salarios y las jubilaciones le ganaron a la inflación y que las tarifas son baratas”, añadió la responsable de haber clausurado las estadísticas públicas.
Y se preguntó en clave de grieta y clivaje antiguo: “¿Cómo llegamos a este momento inédito? ¿Es solo por el fracaso de los dos últimos gobiernos democráticos? ¿O es que una parte de nuestra sociedad está dispuesta a soportar cualquier cosa antes de que gobierne un peronista?”.
“¿Es una casualidad que los únicos dos presidentes con fuerte impronta anti peronista o anti kirchnerista -como más te guste-, sólo hayan podido llegar a la Casa Rosada a través del balotaje, como fueron los casos de (Mauricio) Macri y Milei?”, añadió.
Al hacer una particular lectura del presente, graficó que “hoy el peronismo sólo gobierna cinco de las 23 provincias argentinas y perdió la mayoría en la Cámara de Senadores; siendo esta una situación de pérdida de representación institucional inédita en el período democrático”.
“Más allá de eso, el peronismo sigue siendo la fuerza con mayor cantidad de diputados y senadores nacionales y ello exige, por comprensión histórica y responsabilidad política, su propia reconstrucción abordando todos y cada una de las nuevas demandas sociales”.
Y reflexionó que “en esta etapa”, el PJ es el “lugar más apropiado para desarrollar el continente que genere el contenido y que este, además, tenga dirección y objetivos”, tras la gestión de Alberto Fernández al frente del partido.
Si bien aclaró que “no basta con los cuadros partidarios”, dijo tener “esperanzas” a partir de que “el mes pasado el peronismo ganó los centros de estudiantes en cuatro facultades de la UBA conquistando, por primera vez desde 1973, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), que es la segunda más grande de dicha casa de estudios”.
“Debemos poner en marcha el segundo trasvasamiento, incorporando las nuevas generaciones en los secundarios, universidades, sindicatos, movimientos sociales y, desde ahí, recomponer la presencia en las barriadas populares junto a las iglesias, las sociedades de fomento, los clubes de barrio y todas aquellas instituciones organizadas desde la comunidad”, convocó.
Al agradecer el superestructural “operativo clamor” para que ocupe el sillón de presidente del PJ, que debe renovar autoridades el 17 de noviembre, la ex mandataria dijo estar “dispuesta, una vez más, a aceptar el desafío de debatir en unidad porque acá no sobra nadie”.
Sin embargo, precisó que “la unidad necesita dirección y proyecto para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría de sus habitantes”.
“Lograr ello no es un objetivo en sí mismo, sino concebir a nuestro partido como el instrumento que debe dar el primer paso para reagrupar a todas las fuerzas políticas y sociales detrás de un programa de gobierno que devuelva a esta Argentina sumida en la crueldad y el odio de los necios, la esperanza y el orgullo de ser argentinos”, agregó.
La conducción del PJ se encuentra vacante desde la renuncia del ex presidente Alberto Fernández, que se apartó del cargo el 14 de agosto último debido al escándalo por la denuncia por violencia de género presentada en su contra por la ex primera dama Fabiola Yáñez.
Hasta el momento hubo un solo dirigente que manifestó sus deseos de competir contra Fernández de Kirchner en unas eventuales internas del partido: el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, un dirigente cercano al mandatario bonaerense, Axel Kicillof.