Cuando partió a Malvinas, “todavía era un nene”. La hermana de Mario Rodríguez, Adriana, se mostró muy conmovida por la identificación del cuerpo de su hermano que estaba sepultado en el cementerio de Darwin. Por un lado, confió a Info Región que siempre esperó su regreso, pero también sonríe por la posibilidad de que “tenga una santa sepultura y un entierro de excelencia”.
Ya pasaron 36 años de la Guerra de Malvinas. Muchos de los jóvenes, que fueron convocados a defender la Patria, no pudieron volver. Algunos fueron identificados y aún hay muchos que solamente tienen una placa que reza “Soldado argentino, sólo conocido por Dios” en el cementerio de Darwin. Hasta hace algunos días, ése era el caso de Mario Rodríguez, pero hoy su familia ya tiene la tranquilidad de que su cuerpo fue identificado.
Ex combatientes que volvieron a las islas gélidas, admiten que viajaron para cerrar una herida, para dar vuelta a una página muy dolora en su vida y en la vida de la Argentina. Para los familiares, el cierre es diferente, en el caso de que se pueda concretar. Adriana comentó que la identificación de su hermano es, de alguna forma, el cierre de una etapa.
Mario Gustavo Rodríguez, oriundo de la localidad de Adrogué, fue uno de los últimos identificados. Se trata de uno de los soldados caídos de la Región que había sido homenajeado: en el distrito habían colocado una plaqueta a modo de homenaje en una de las plazoletas de la ciudad cabecera de Almirante Brown.
“Inconscientemente todavía tenemos la esperanza de seguir esperándolo, que venga con nosotros, aunque sabemos que no va a pasar. La noticia nos tomó por sorpresa y nos provocó muchos sentimientos encontrados. Por un lado, alegría (de la identificación) y por otro lado, tristeza por el recuerdo de ese dolor que siempre va estar con nosotros”, contó Adriana Rodríguez.
La mujer expresó a este medio su alegría por saber que su hermano pudo tener “una santa sepultura, un entierro con excelencia y una identificación”. “Nunca pensé que mi hermano tendría eso. Estoy muy agradecida a los que lo hicieron posible y lo estaré siempre”, manifestó la mujer. “Es una etapa que se cierra después de tantos años”, admitió.
Cómo era Mario
Al recordar a su hermano, no puede evitar que cambie su voz por la emoción. Mario Rodríguez tenía apenas 18 años y muchos sueños por cumplir cuando partió a las Islas Malvinas. Al igual que a otros tantos jóvenes, la guerra le impidió poder cumplirlos. “El todavía era un chico cuando se fue de acá”, recordó la hermana.
“Tenía todavía 18 y le faltaban tres para cumplir 19 cuando falleció”, contó la mujer, ya con una voz quebrada. Lo definió como “un adolescente normal”, que trabajaba y le gustaba jugar el fútbol. “Todavía era un nene, como tantos otros que fueron a la guerra”, dijo, para cerrar un diálogo que despertó recuerdos y dolores.