Murió el Negro Marchetta, un símbolo de Los Andes


Pedro Marchetta, el Negro, al que muchos creían rosarino o cordobés, falleció hoy a los 79 años, según confirmó Rosario Central, uno de los clubes que lo adoptaron como propio, tras más de 40 temporadas vinculado al fútbol argentino durante las cuales atesoró y protagonizó centenares de anécdotas que forman parte del bagaje de las historias de tribuna.

“Desde Rosario Central sentimos profundamente el fallecimiento de Don Pedro Marchetta, un gran emblema de nuestra institución. Enviamos nuestras condolencias y fuerzas a todos sus familiares y amigos”, lamentó la institución de Arroyito.

Marchetta vivía en la cordobesa Villa Carlos Paz donde luchaba contra las secuelas que le había dejado un accidente cerebrovascular en 2006, año posterior al de su definitivo retiro del fútbol profesional. Según contó a la revista El Gráfico, luego de tener el ACV, estuvo internado ocho meses sin poder ni hablar ni caminar.

El Negro nació el 13 de abril de 1942 en Lomas de Zamora, en el seno de una familia humilde. “De chico, no tenía ni para viajar en tren hasta Quilmes”, admitió en el gran libro autobiográfico El Negro, una síntesis de sus conversaciones con los periodistas Hugo Caric y Gustavo Gutiérrez.

Marchetta se inició como jugador en 1962 con la camiseta de Racing Club y luego pasó por Gimnasia y Esgrima La Plata, Los Andes, Santiago Morning, de Chile, y Deportivo Quito, de Ecuador.

En Racing estuvo dos temporadas hasta 1963 y llegó a jugar la Copa Libertadores de 1962. Era un exquisito mediocampista que jugaba “como (Andrés) D’Alessandro, pero derecho, un ocho que corría como un esclavo y tenía mucha habilidad”, afirmó.

El barrio y su amor por la redonda

Llegó a Racing cuando apenas tenía diez años y debutó en primera el 15 de abril de 1962 contra River en el Monumental: “Yo tenía veinte años y la noche anterior había ido al cine Gran Lomas con mi novia, Mirtha Mena –con quien luego me casé y es la madre de mis hijos- y estando ya en nuestras butacas veía a los acomodadores alumbrando con las linternas hacia nuestro lado. Vi un movimiento que me pareció extraño hasta que uno me señaló y dijo ‘¡ahí está!’. Me buscaban a mí. Ahí nomás me sacaron del cine y me estaban esperando afuera cuatro dirigentes que me dijeron ‘mañana jugás’”.

En 1966 llegó a Los Andes, donde jugó 28 partidos, proveniente de Gimnasia y Esgrima La Plata. y tuvo una sola temporada como jugador, integrando un equipo que realizó que protagonizó una campaña modesta en Primera B y el que solía compartir el ataque con Scianda, Cobián, Mentasty, Cuña y Argañaraz.

Los Andes le dio su primer trabajo entrenador en 1983. Luego trabajó en Racing de Córdoba, Rosario Central, Vélez Sarsfield, Talleres de Córdoba, Belgrano de Córdoba, Racing Club, Platense, Independiente, Independiente Rivadavia de Mendoza, Deportivo Quito y Barcelona, ambos de Ecuador.

Marchetta obtuvo gran notoriedad como director técnico, y era parte de una generación de entrenadores como Alfio Basile, Roberto Perfumo y Chiche Sosa, que se caracterizaba por la capacidad de motivación, la cercanía al jugador y la viveza forjada al calor de tantas anécdotas vividas a través de los años en el fútbol.

Se puzo el buzo del Milrayitas tras haber estado como ayudante de campo de Basile, y en Lomas armó el gran equipo de 1983 que tras una excelente segunda rueda clasificó al octogonal, donde eliminó a Almirante Brown y Quilmes, para perder el ascenso a la A en las recordadas finales con Chacarita.

Tras muchos años, regresó a Los Andes para la B Nacional en 1997, pero no pudo repetir los resultados del primer ciclo. Sus números al frente del primer equipo cantan que entre las temporadas 1983 y 1997/98, dirigió 76 partidos, con 28 victorias, 27 empates, 21 derrotas, 116 goles a favor y 93 goles en contra.