Miércoles sin trenes, jueves sin colectivos; sería hasta el momento el panorama que pintan los sindicalistas del transporte de pasajeros quienes usan a los usuarios como peones en sus juegos de poder.
Tras haber negado su participación en el paro anunciado para el miércoles la medida anunciada por la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) que incluye a todos los transportes públicos y al servicio de carga, finalmente la Unión Tranviarios Automotor (UTA) confirmó una medida de fuerza de 24 horas para este jueves.
Este lunes era el último día de la conciliación obligatoria dictada por el área de Trabajo, por lo cual ambas partes quedaban liberadas de tomar las medidas que quisieran si no se alcanzaba un acuerdo. Y, aunque tenían tiempo de negociar hasta esta medianoche, el desenlace fue más rápido de lo esperado.
Desde la UTA indicaron que no hubo una propuesta para mejorar el salario de poco más de un millón de pesos que cobran los choferes de colectivos desde hace tres meses y conseguir un incremento de alrededor del 25% con retroactividad al pasado mes de agosto.
Aunque se veía venir la decisión de no sumarse al paro convocado con camioneros, pilotos, aeronavegantes, metrodelegados del subte, marítimos y portuarios, lo que cambió fue la fecha de la protesta propia, que pasó del 29 al 31.
La UTA había formado parte del origen de la Mesa Nacional del Transporte, pero no concurrió a sus dos últimas reuniones con la excusa de que negociaba dentro de la conciliación obligatoria.
Sin embargo, al final pesó más la decisión de tomar distancia de los sectores más duros, ya que Fernández es un tradicional adversario sindical de los Moyano.
El encuentro entre representantes de la UTA y del sector empresarial duro menos de una hora y tuvo lugar en las oficinas de la Secretaría de Trabajo ubicadas en la avenida Callao 114. “No hicieron ninguna oferta”, revelaron fuentes sindicales. El gremio precisó que “el Estado nacional ha efectivizado mayores aportes para los meses de agosto, septiembre y octubre del presente año en orden a los $ 17.877.000.000, pese a lo cual las empresas no han ofrecido ningún aumento salarial”. Desde las compañías, en tanto, detallaron que cobraron entre tarifas y subsidios unos $ 27.500 millones menos que lo previsto dentro de la estructura de costos aprobada por el Gobieno.
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La disputa económica central es que los 40.000 choferes afiliados a la UTA cobran desde julio un sueldo básico de $1.060.000 por mes y buscan un retroactivo a agosto con aumentos graduales para que en diciembre alcance los $ 1.322.000, es decir, un 24,7% de suba en ese período.
La separación formalizada entre los sindicatos del transporte genera dudas sobre el efecto de las dos medidas de fuerza. El funcionamiento normal de los colectivos debilitará el paro de este miércoles de la Mesa Nacional del Transporte y, a su vez, la huelga de la UTA será sólo de los colectiveros.
El objetivo de la medida de fuerza del miércoles es expresar el desacuerdo con e