Silvia Pérez, madre de Anahí Benítez, la joven de 16 años hallada sin vida en la reserva Santa Catalina con signos de haber sido abusada, se refirió a la posibilidad de que la causa se eleve a juicio antes de la feria judicial y reiteró la teoría de que los dos imputados, Marcos Bazán y Marcelo Villalba, “tuvieron cómplices”.
A principios de diciembre, la fiscal Verónica Pérez, de la Unidad Funcional de Instrucción especializada en violencia de género, solicitó la elevación a juicio del crimen de Anahí Benítez y puede haber definiciones en los próximos días. “Todavía tengo la esperanza de que durante el juicio se conozca la verdad y podamos saber todo lo que pasó y quienes fueron todos los responsables”, planteó la mamá de Anahí.
Aclaró, en ese marco, “la instrucción va continuar para seguir investigando” una vez pasado el juicio. “Esto para mi es una agonía y ya quiero que se termine, porque lo que le hicieron a mi hija fue aberrante, además de violarla la torturaron. Cosas que solo una mente criminal puede hacer y por eso no quiero que nadie quede libre y que paguen todos los que tuvieron algún vínculo”, afirmó.
La investigación
Pérez reconoció que la investigación tuvo avances, sin embargo, lamentó que durante la búsqueda “no se utilizaron las herramientas necesarias para encontrarla con vida”. “El Can Bruno tuvo que llegar antes y tal vez mi hija hoy estaría con vida”, recordó, y agregó que “sólo gracias a la activación del celular (de la víctima en manos del imputado Villalba) se pudo rastrear algo”.
“Lamentablemente, todas las fuerzas de seguridad que participaron de la búsqueda no fueron capaces de encontrar a mi hija con vida, que estaba secuestrada a solo seis cuadras de casa”, cuestionó.
“Sabemos que si garantías eleva a juicio, la defensa va a apelar y entonces se demora más y después hay que esperar que las partes se pongan de acuerdo. Nosotros también tenemos más pruebas por incorporar”, remarcó sobre los pasos a seguir.
El caso
Anahí Benítez salió el 29 de julio de 2017, por la tarde, de su casa en dirección al parque Eva Perón de Lomas de Zamora, pero las imágenes captadas por las cámaras de seguridad municipales y privadas determinaron que nunca llegó a destino. La señal de su teléfono celular se perdió en el Cruce de Lomas, motivo por el que la lupa se puso sobre este espacio verde.
Comenzó la búsqueda, con georradares y perros, y se vio interrumpida por el hallazgo del cuerpo de un hombre de unos 50 años. Se reanudaron los operativos y finalmente, el viernes 4 dieron con el cuerpo de Anahí. Estaba semienterrado y según la autopsia, no presentaba signos de abuso sexual. La joven murió por asfixia y el crimen se habría perpetrado unas 24 ó 48 horas previas al hallazgo.
En un principio, un cuaderno de Anahí hizo que las miradas apuntaran a un profesor del ENAM, pero fue liberado por “falta de mérito”. La investigación continuó y se concretó la detención de Bazán, luego de que un perro rastreador marcara que en el galpón de la casa del sospechoso había rastros de Anahí. La vivienda está al lado de la estación Santa Catalina del ferrocarril Roca, dentro de la reserva natural y a 300 metros de donde apareció el cuerpo de la chica.
La segunda detención se concretó a partir de un giro en la investigación, por la reactivación del celular. El aparato estaba en manos de un joven de 17 años, quien advirtió que fue su padre quien se lo había obsequiado. La Policía fue de inmediato a la vivienda de este hombre, Marcelo Villaba, quien fue apresado por “encubrimiento agravado” pero con el correr de las horas la carátula cambió a homicidio y abuso sexual. Es que los rastros de semen hallados en el cadáver de Anahí pertenecían a él.
Villalba está acusado de “robo, abuso sexual agravado por acceso carnal, privación ilegal de la libertad agravado y homicidio agravado por alevosía criminis causa por mediar violencia de género”. Bazán será juzgado por los delitos de “privación ilegal de la libertad agravado y homicidio agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género”. De todos modos, la fiscal solicitó una alternativa “encubrimiento agravado”, si no prospera la acusación original.